Capítulo #13

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Narra la Caperucita Roja:

Aún sigo parada en el mismo lugar, porque aún no me creo lo que mis ojos ven. A los 20 minutos o algo así, se acabó la pelea y el lobo se acercó a mí y yo no sabía si lanzarme abrazarlo o hacer otra cosa. Solo me quedé quieta en mi lugar, como una idiota.

Seguía ahí mirando lo, sin saber que hacer o como actuar. Él se me acercó y se agachó alante de mí y le ví a los ojos esos que me ipnotisa y no sé si lo entiendo solo mirando le a los ojos, porque cada vez que le veo, siento que me dice algo y lo hago sin queja alguna.

Me agaché y lo revise para ver si tenía alguna herida o algo y gracias a los Dioses no tiene nada, solo algunos arullazo, que sé le curaba solos.

Él se fue a la cueva y me quedé al lado de la moto, esperando lo, efectivamente, sé demoró unos 15 minutos para regresar.

Yo: ¿Por qué no me has dicho nada?
Él: es que tenía miedo, a que no me creyera, o, no sé
Yo: si te entiendo, pero bueno, creo que tenía derecho saberlo, pienso yo
Él: si tiene razón y lo siento
Yo: ammm, está bien, pero necesito pedirte un favor y decirte algo
Él: primero pide me lo que necesita
Yo: es que, necesito que me lleves a mi casa y diga que nos vamos a vivir a la tuya, no quiero estar viviendo con mi familia, ¿Puede ser?
Él: si claro, cuando quieras nos vamos para tu casa. Y dime, lo que me quería decir
Yo: bueno lo que yo te quería decir es, que, me siento protegida contigo
Él: si te entiendo, no pasa nada tranquila...

Narra el lobo Feroz:

Sentí un alivió que ella se lo tomará tan bien, al principio estaba asombrado y lo entiendo perfectamente. Ahora mismo estamos en su cabaña, hablando como hacer, eso en su casa y con su familia...

Caperucita roja y el lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora