03

3 3 0
                                    

Capítulo 3: Las historias del cristal

Majoo pasó horas en el cuarto secreto, escuchando las historias del cristal. Historias de marineros que habían naufragado en la costa, de parejas que se habían enamorado en el faro, de familias que habían vivido en el pueblo durante generaciones.

Cada historia era única, pero todas tenían algo en común: el faro había sido testigo de ellas. Majoo se sintió como si estuviera viviendo las historias, como si estuviera allí cuando sucedieron.

De repente, escuchó una historia que la hizo sentir un escalofrío. Era la historia de una mujer que había vivido en el faro hace muchos años, una mujer que había perdido a su amor en el mar.

Majoo se sintió identificada con la historia, ya que también había perdido a alguien que amaba. Se dio cuenta de que el cristal no solo almacenaba historias, sino también emociones.

— Tomás, ¿cómo funciona el cristal? — preguntó Majoo.

— El cristal es un receptor de emociones — respondió Tomás —. Almacena las historias y los sentimientos de los que han pasado por aquí.

Majoo se sintió asombrada por el poder del cristal. ¿Qué más secretos escondía?

De repente, escuchó un ruido en la escalera. Era alguien que subía al cuarto secreto.

— ¿Quién es? — preguntó Majoo.

— No lo sé — respondió Tomás —. Pero debemos esconder el cristal. No podemos dejar que nadie más descubra el secreto.

Majoo y Tomás se apresuraron a esconder el cristal, pero ya era demasiado tarde. La persona que subía la escalera había visto el cuarto secreto.

El Secreto Del Faro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora