Capítulo 11: El verdadero dueño
El hombre desconocido se acercó a ellos, con una confianza que impresionaba.
— Me llamo Gabriel — dijo —. Y soy el descendiente directo del constructor del faro.
Majoo, Tomás y Esmeralda se miraron sorprendidos.
— ¿Qué quieres decir? — preguntó Majoo.
— Quiero decir que el cristal me pertenece — respondió Gabriel —. Mi antepasado lo creó para proteger el faro y su secreto.
Sandra, que había estado callada hasta ahora, habló.
— ¡Eso es mentira! — gritó —. El cristal es mío.
Gabriel se volvió hacia ella.
— Lo siento, Sandra — dijo —. Pero no tienes derecho a reclamar algo que no te pertenece.
Esmeralda se acercó a Gabriel.
— ¿Cómo podemos confiar en ti? — preguntó.
Gabriel sonrió.
— Porque tengo la prueba de mi linaje — dijo —. Y puedo demostrar que el cristal es mío.
Majoo, Tomás y Esmeralda se miraron entre sí. ¿Debían creerle a Gabriel? ¿O era solo otro impostor que quería obtener el cristal?
ESTÁS LEYENDO
El Secreto Del Faro
AdventureEn un pequeño pueblo costero, había un faro que se alzaba sobre las rocas, guiando a los barcos durante siglos. El farero, un hombre llamado Tomás, había cuidado el faro durante años, pero nunca había revelado su secreto.