Él es mi primer amor...

Capítulo 33

Pasaban las semanas y por fin pude encontrar un local, era pequeño, pero suficiente para comenzar con mis proyectos. Empecé a trabajar y buscar contactos con gente con la que ya había trabajado y con empresas con las que tuve oportunidad de establecer conversación en mis prácticas. No muchos me aceptaron, no sé si el motivo era por el comienzo de mi pequeño estudio, pero no me iba a rendir. Por ahora tenía pequeños proyectos, suficientes para comenzar y dar a conocer mi trabajo.

- Hola, my girl - entra al estudio.

- Hola Rick. ¿Vienes para ser mi socio?

- Aún sigo pensándolo. Pero eso no significa que un mejor amigo no pueda ayudar a su mejor amiga.

Estuvimos toda la mañana alistando el pequeño estudio. Quedó muy bonito y con materiales suficientes para comenzar a trabajar. Cuando se hacía tarde me dirigí a la casa, todos estaban esperando mi regreso.

- ¿Cómo está quedando todo? - me pregunta Camille.

- Muy lindo, Rick me ha estado ayudando.

- ¿El histérico del bingo? - pregunta Darek.

- No le llames así.

- ¿Quieres que esta tarde vaya a ayudarte hermosa? - se ofrece Tadeo.

- No te preocupes, tú encárgate de tus proyectos.

Todos comimos juntos y luego cada uno se fue nuevamente a trabajar. Últimamente nos veíamos poco. Nos encontrábamos para comer y hablar de nuestro día.

- ¿Vas a poner un pequeño despacho? - me pregunta mi amigo.

- No sé si tendré espacio suficiente.

- No te preocupes, déjalo en mis manos.

Las siguientes semanas estábamos arreglando el estudio. Rick consiguió hacer un pequeño despacho para tener mi pequeño lugar para trabajar en las ediciones y papeleos. Todos mis amigos me ayudaron a repartir folletos. Días después ya tenía a gente pidiendo que hiciera fotos para sus documentos personales o para una pequeña campaña de sus locales.

- Me gusta este lugar - dijo mi novio observando cada detalle.

- No es mucho, pero lo bastante para empezar.

- No lo dudes, algún día serás la mejor y tendrás una gran empresa para las campañas fotográficas. Hasta podrás exponer tus obras - él confiaba en que yo iba a lograr todo lo que me propuse.

- Eso ya es mucho.

- No lo creo. Sé que podrás hacer mucho más.

- Gracias por apoyarme y confiar en mí.

- Tú también me apoyas en mis proyectos, cómo no hacerlo contigo. Te mereces lo mejor porque eres lo mejor - me derrito con su palabras.

- Te amo.

- Te amo - me dice con una sonrisa rodeando sus brazos en mi cintura.

Los días iban pasando, me acerqué a una tienda a comprar flores. Y luego agarré la tarta de manzana que hice, tomé un bus y caminé hacia el cementerio.

- Hola, Ma. Feliz cumpleaños.

Observaba su lápida, y tomé el jarrón que un día le hice, quité las flores marchitas y le puse nuevas.

- Te traigo la tarta de manzana que tanto te gusta.

Tomé la tarta y le puse una vela. Canté cumpleaños feliz y soplé.

- Hoy, hubieses cumplido 81 años. Me hubiese gustado que estuvieras aquí y celebraras conmigo en tu día especial. Te quiero mucho Ma.

Comí la tarta mientras le contaba a mi abuela todo lo ocurrido en este tiempo. Cuando se hacía tarde me despedí de ella. Tadeo me esperaba fuera en su coche.