Capítulo 26

6 1 0
                                    

La mañana en la oficina era como las otras, aburrida. Mi jefe aún no se dignaba a dirigirme la palabra y yo, parezco tonta dando vueltas en una silla que tiene rueditas.

- Estás aburrida. - me habla Helen.

- No sabes cuánto. - le respondí suspirando.

- ¿Por qué no hablas con el señor Alessandro?

- ¿Crees que no lo he intentado? Se porta como niño pequeño. No quiere escucharme. Me ignora.

- ¿Qué le has hecho? - me pregunta con las manos en las caderas.

- ¿Yo? Nada - me indigné por su acusación.

- Pues no lo entiendo. A mí me trata como siempre. Si no le has hecho algo intencionado, a lo mejor hiciste algo sin darte cuenta y puede que esté molesto. Por si acaso, discúlpate con él. Puede que te diga su motivo después de eso.

- Buena idea.

Decidí levantarme de aquella silla. De tantas vueltas que di, me sentí mareada y tuve que sostenerme a una mesa. Una vez recuperada la compostura, me dirigí al despacho de mi jefe.

- ¡Adelante! - dijo tras tocar la puerta.

- Hola, señor Alessandro-. Él me echó una mirada para luego dirigirse de nuevo al trabajo.

- Señor, quería disculparme con usted-. Este sorprendido por mis palabras me miró a los ojos extrañado.

- He notado que ha estado molesto conmigo, ni siquiera piensa dirigirme la palabra. Por ello, si he cometido alguna falta o dicho alguna ofensa, me disculpo. - dije con sinceridad agachando la cabeza al suelo.

Alessandro se levanta de su asiento y se para frente a mí. Este toma mi mentón y lo alza para que le mire a los ojos, observa con detenimiento mis facciones.

- Eres muy bonita, ¿lo sabías? - me dice con sus ojos clavados en los míos.

- ¿Cómo dice? - hablé con algo de tartamudeo.

- No estoy enojado contigo. Es imposible enojarse contigo. Quería alejarme de tí, eso es todo - su voz parecía un susurro.

- ¿Por qué? ¿He hecho algo malo?

- Al contrario. Has hecho que este tipo, se fije en tí.

Sus palabras me dejaron helada. No sabía cómo reaccionar ante ello. No sabía cómo mirarle o cómo tratarle.

- Cuando me enteré de que tenías novio, me decepcioné, creí tener esperanza contigo. Pero debí suponer que una chica tan linda como tú tendría pareja. Ese joven debe de ser muy afortunado por tenerte a su lado.

Sus palabras me dejaban atónita. Él era un hombre con bastante carácter, bueno y sincero. Cualquier mujer podría enamorarse de él, pero yo ya estaba enamorada de otro, Tadeo.

- No quería confesar mis sentimientos. Sabía lo que ocurriría. Te alejarias de mí, por ello, lo hice antes. Pensé que podríamos ser amigos en un principio. No fue fácil, tenerte cerca es un martirio para mí. Porque sé que no puedo tenerte. Siento mucho esto que te estoy confesando. Soy tu jefe y pronto te irás de aquí. Yo también lo haré, pero estoy esperando a que tú marches primero.

- No sé qué decir - sus palabras me dejaron en shock.

- No hace falta que digas nada. Tú tienes tu pareja, tu vida, yo soy uno más. Está mal que te diga esto en las circunstancias que estamos, pero al parecer mi distanciamiento no ha servido de mucho. Me duele no tenerte a mi lado. Lo honrado es alejarme. Pero en este caso no lo haré. Trataré de dejar mis sentimientos a un lado. Propongo que por ahora seamos jefe y empleado, pero cuando tus prácticas acaben, me gustaría que fuésemos amigos.

Él es mi primer amor... #wattys2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora