Capítulo 9

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24 diciembre

Me levanté con una ilusión en el cuerpo muy grande, hoy es 24 de diciembre. ¡Esta noche llega Papá Noel! ¡Hoy podré comer las delicias de Ma!
Bajé en pijama a la cocina, Ma estaba terminando de preparar algunas cosas, y de hacer la comida para hoy.

- Por fis - le pedía.

- No - respondía con autoridad.

- Por favor - seguía suplicando.

- Joy como comas ahora dulces, después no tendrás hambre, reserva el tanque para más tarde.

- Vale- dije con tristeza.

- Sigues siendo mi pequeña berrinchuda referido a los dulces mi luz- decía riendo.

- Sí, pero me quiere así a que sí- dije como niña pequeña.

- Siempre.

Estaba deseando que llegara la noche. Se me hizo eterno el día. Pero al fin llegó. Mi abuela siempre insiste que aunque cenemos solas, nos arreglemos un poco, pero a mí me gusta estar en pijama, así que me pongo el pijama debajo y algo por encima para didimular un poco.

- ¡Llegó mi momento, señoras y señores!- dije como si estuviese presentando en un espectáculo.- Hoy sabrán lo que es comida de verdad, hoy degustaremos las delicias de Ma.

- Joy, deja eso y vamos a sentarnos a comer- decía Ma riendo por mis ocurrencias.

Las dos nos sentamos a la mesa y yo observaba con muchas sutileza todo lo que había en ella, calculando también cuánto podría comer. Ma me miraba detenidamente y reía sabiendo en lo que estaba pensando.

Desistí de lo que estaba haciendo y me dije a mí misma: ¡A disfrutar!

No podía más, me pasé, no podía más.

- Con todo lo que has comido, no creo que puedas comer postre.

Mis ojos se abrieron como platos al ver el postre, pasteles, galletas, etc.

- Aún queda hueco para algo más.- me convencí a mí misma.

Tanto esperar, no iba a permitir, no probar aquello tan delicioso.

Terminé demasiado llena, así que caminé un poco por la casa para bajar la comida, recogí la mesa, limpié, guardé lo sobrante para mañana y luego fui a mi habitación a dormir.

25 diciembre

El salto que di fue tan grande que no caí de la cama de milagro. ¡Es 25 de diciembre! ¡Llegó Papá Noel! Salí rapidísimo de la cama y bajé las escaleras de dos en dos. Pude apreciar como el árbol de Navidad estaba iluminado por las luces, era un árbol pequeño, no hay muchas decoraciones, pero las suficientes y sobre todo con la estrella que llevo poniendo desde que era pequeña. Sí, este árbol me ha acompañado toda mi vida, desde hace 19 años, he crecido con este, ha vivido conmigo tantos recuerdos hermosos.
Bajo de él había regalos, no demasiados, pero suficientes para Ma y para mí.
Me puse un abrigo y salí de casa antes de que Ma se despertara. Fui a comprar churros con chocolate para desayunar. Tras esto, regresé a casa y fui a despertar a Ma, como cuando era niña.

- ¡Ma, vamos, despierta! ¡Llegó Papá Noel!- grité de la emoción. - ¿Ma?

Ma no me respondía. Me acerqué más a ella y la moví un poco de la cama.

- ¿Qué pasó aquí? - gritó tomando la almohada como escudo.

- Ma, es Navidad, y hay regalos bajo el árbol, además tengo una sorpresa para tí.

Ayudé a Ma a salir de la cama y las dos bajamos a la sala.

- ¡Ta ta ta Chan!- dije con emoción.

- Has traído churros con chocolate, muchas gracias mi luz.- me decía con una sonrisa.

Él es mi primer amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora