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Al volver a casa, mi madre había ordenado las habitaciones y todo estaba limpio y listo, como si no hubiese pasado nada.

Subí las escaleras con su ayuda y me tumbé en la cama.

Me quedé embobada mirando al techo por unos cuantos minutos intentando asimilar todo lo que había pasado cuando recordé que me había olvidado de la niña, me levanté y me dirigí hacia la habitación de mi madre.

-¿Mamá?, ¿tienes el número del poli de ayer del hospital?

-Sí, me dió su tarjeta por si acaso. -Dijo buscando en su bolso y dándomela.

Caminé hasta mi habitación, cuando recordé que mi móvil estaba roto.

Dejé la tarjeta sobre mi cómoda y mientras me cambiaba de camiseta note algo distinto sobre mi escritorio blanco, una caja del mismo color se hallaba sobre él con una nota encima.

"Siento haber sido un gilipollas, creo que es igual que tu móvil."

Abrí la caja y un iPhone 6 idéntico al mío se hallaba dentro de ella.

Miré a todos los lados y volví a poner el móvil en su sitio.

Bajé las escaleras y llamé desde el fijo.

-Hola, ¿detective... Art?

-Sí, soy yo.

-Soy Alina, creo que tenemos que hablar, ¿podemos vernos?

-Por supuesto, en treinta minutos estoy en tu casa.

-Muchas gracias.

Colgué el teléfono y subí a darme una ducha.

Salí del baño empapada envuelta en una toalla, me miré al espejo y me di cuenta de que mi cuello ya no dolía, lo limpié de vapor y me miré fijamente.

Mi pupila pareció extenderse por todo mi ojo izquierdo volviéndolo completamente negro, y mi ojo derecho siguió el mismo procedimiento.

Me asusté y retrocedí un paso, cuando la imagen de mi hermano se formó en el espejo.

Su pelo negro estaba despeinado y sus ojos azules me miraban desde el otro lado, su sonrisa se veía igual de bonita que siempre y él entero, parecía seguir igual de vivo.

-Isaac... -Las lágrimas me corrían por los ojos.

Acerqué mi mano hasta apoyarla contra la suya.

-Ali, enana. -Sonrió.

-Dime que todo esto es mentira, que vas a volver y haremos como que nunca ha pasado... -Dije con la respiración entrecortada.

-Escucha pequeña, no confíes en nadie, ni en mamá, sé que suena duro, pero no lo hagas, la única persona en la que puedes confiar es Art, dile que te he dicho que te cuente nuestra relación, y pídele su ayuda, sé que te está pasando algo, y no puedo estar físicamente para ayudarte, por favor dime que lo harás. -Sus ojos luchaban contra las lágrimas y su cara llena de nostálgia me miraba de arriba abajo como memorizandome, con miedo de no volverme a ver jamás.

-Lo haré, pero por favor, vuelve... -Respiré profundamente. -No puedo seguir adelante sin ti, no quiero volver a la clínica... Por favor, eres lo único que me mantiene con vida. De alguna forma, quiero pensar que todo esto es mentira, que me voy a despertar y voy a entrar a tu habitación a despertarte tirándote una almohada como cada mañana, y me girtarás y me abrazarás, bajaremos las escaleras corriendo, me dejarás ganar y me comeré tu almuerzo... Joder Isaac, esto me está matando, no quiero, no... No quiero vivir en un mundo en el que sé que nunca más volveré a ver cómo sonríes y como abres los ojos a duras penas por la mañana, no quiero estar sin ti... -Dije llorando, aferrándome al espejo con la esperanza de que el frío cristal se materializase y se convirtiera en su mano y pudiese sentir su tacto una vez más.

-Escúchame, sé que puedes hacerlo, y lo harás, ¿vale? -Dijo con las lágrimas atragantándose por su garganta.

-No sólo te he perdido a ti, también he perdido una parte de mi misma, y no va a ser lo mismo, no voy a poder seguir a delante sin ti, por favor, por favor vuelve... -Dije respirando con dificultad.

-No puedo estar físicamente, Ali, pero te visitaré en sueños y siempre que pueda atravesar este portal, no me queda demasiado tiempo, por favor, haz lo que te he dicho, y te prometo que intentaré encontrar la forma de volver, te lo prometo, te quiero Ali. -Dijo justo antes de que su imagen se difuminase en el espejo.

world aloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora