El depredador y la presa, dos puestos totalmente naturales en el reino animal. Uno cazaba y el otro era cazado, siempre.
Es por eso que aquel tigre daba un paseo por aquel lado del bosque, después de haberse dado un festín con un ciervo adulto. Eso tal vez lo mantendría lleno por unos dos días, misma razón por la que estaba de tan buen humor y decidió salir de su zona de confort -que era su cueva y sus alrededores- para dar un paseo más allá del bosque.
Llevaba aproximadamente treinta minutos caminando, se detuvo en una laguna para beber agua y poder regresar a su cueva, pero de repente sintió un delicioso aroma llegar a sus fosas nasales, aspirando un poco más el aire hasta que la esencia inundara por completo sus pulmones.
Después de eso, todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba corriendo por el bosque, guiandose por su agudo sentido del olfato.
Se detuvo cuando el aroma se hizo más intenso y se dió cuenta del lugar donde estaba, había entrado a lo que parecía una manada de conejos silvestres, que al ver al enorme depredador, saltaron los más rápido que podían lejos de él de franjas.
Por un momento el tigre se sintió aturdido por la mezcla de olores en el ambiente, debido al terror y miedo que lo conejos sintieron dejaron salir sus feromonas, confundiendo al depredador.
Que luego de unos segundos pudo enfocar de nuevo aquel aroma tan delicioso. Flores silvestres. Amaba ese aroma, tanto que lo estaba volviendo loco.
Sin importarle nada más, se acercó a un conejito, y viendo que este no le huía al igual que el resto -mas bien porque estaba igual de embelesado que el alfa- siguió acercándose hasta quedar a escasos centímetros, bajó su cabeza para ver mejor al pequeño, y sin importar lo demás, acercó su nariz al conejito aspirando su aroma.
¡Que delicia!
Ese escencia era tan deliciosa, que no podía dejar de olfatearla, le encantaba, la amaba, definitivamente había encontrado a su omega, oh bueno, su pequeño omega, no le importaba que fuera un conejo, sino que era suyo, desde el momento en que su aroma lo cautivó, ese conejito sería el que llevará a sus cachorros, él y nadie más que él.
Sin poder resistirse más, le dió una larga lamida al omeguita en su cabeza -lo que en el reino humano se consideraría un beso- y lo tomó entre su hocico con total delicadeza sin llegar a hacerle ningún daño, lo cargó y se lo llevó a su cueva.
La cueva de él y de -ahora- su omega.
Al ver que el contrario no forcejeo ni se negó, empezó a andar de regreso a su cueva, sin llegar a correr pero con paso acelerado.
Ya quería hacerle cachorros a su pequeño omega.
Hola mis conejitos
Cómo se habrán dado cuenta, las actualizaciones serán como la primera vez que subí el fic, sábados y domingos, muchas gracias por acompañarme aquí nuevamente.
Nos leemos el próximo fin de semana.
Los quiero mucho, cuídense 🌹
- Sofikt 💚
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°🐇 ℑ𝔫𝔰𝔱𝔦𝔫𝔱𝔬 𝔰𝔞𝔩𝔳𝔞𝔧𝔢 ↬ 𝑻𝒌 🐅 ❞
Romansa❝ ¿Eres mi alfa? ❞ Jungkook es un pequeño conejito que era despreciado por su manada por ser un omega macho sufriendo de humillaciones y desprecio. Hasta que un día siente un olor atrayente, cruzando miradas con su alfa destinado, solo que este tení...