Naruto - Alumno de Madara ✔️

18 - Veneno

Esta situación se le ha ido de las manos, incluso ahora el Daimyō se está llenando los bolsillos con los fondos del pueblo, los impuestos suben, la pobreza se está convirtiendo en un problema mucho más drástico y los disturbios, las muertes y las violaciones son ya algo habitual. El poco poder que le queda en las cortes y entre los nobles es ahora pequeño e insignificante, después de lo ocurrido el día anterior, dudo que le queden muchos aliados y amigos en las cortes, no sea que pierdan la cabeza o la riqueza como muchos de nuestros compatriotas forman la noche anterior", habló Inzei Hōsoku, mientras estaba rodeado de sus amigos íntimos y aliados, junto con su nueva camarada, Sakura Haruno, la delegada de Konoha. La mayoría de los amigos de Inzei residían en ese momento en su mansión, uno de los únicos lugares a salvo lejos de los frenéticos civiles, todos ellos estaban sentados en sillas en el despacho de Inzei, mientras que el propio Inzei estaba sentado en su escritorio, frotando sus manos con cierres metálicos sobre la dura madera marrón de su escritorio.

Había pasado literalmente un día desde que escaparon del motín de la noche anterior, todos los presentes tenían suerte incluso de estar vivos si no hubieran encontrado la forma de escapar y mezclarse entre la multitud, pero eso no significaba que ninguno de los otros nobles saliera ileso de la situación, algunos incluso perdieron la cabeza, el Daimyō fue uno de los pocos afortunados en escapar, con la ayuda de su guardia personal de samuráis. Muchos de los otros nobles que habían sobrevivido estaban demasiado asustados como para salir siquiera de su casa, tenían poco valor para levantarse y enfrentarse a sus problemas que creen que su dinero puede salvarles de que les corten la cabeza, de hecho eso podría incluso dar a los amotinados una razón para cortarles la cabeza.

"El daimyō es un fanático incompetente que trata el gran juego de los tribunales como si fuera un juego infantil de rayuela. A menos que se tomen medidas drásticas ahora, la tierra del Fuego está condenada", continuó Inzei con muchos de sus asociados asintiendo en señal de aceptación, ellos también lo habían visto, aunque la mayoría de los otros diplomáticos no supieron reconocer una amenaza hasta que les quemaba como el fuego. A decir verdad, deberían haber entrado en acción mucho antes, podrían haber influido en el daimyō para que tomara el curso de acción correcto y disolviera la situación en la que se había colocado el país. "He convocado una votación en las cortes, una que decidirá el destino del país y de sus pueblos libres, o se restablece el equilibrio pacífico que una vez tuvo, o arderá en llamas y será consumido por los otros países, en su ansia de poder".

"Pero aunque esta votación suya funcione, el cambio no se producirá en un chasquido de dedos, este tipo de cosas llevan su tiempo, lo mejor que podemos hacer es evitar que la economía se nos venga encima, lo mejor es que cedamos a las necesidades de los ciudadanos calmándoles su rabia y sus deseos" habló otra diplomática que tenía sus propios pensamientos sobre el asunto, sin embargo Inzei y Sakura se limitaron a negar con la cabeza.

"Si hiciéramos eso, sería como alimentar a un gato callejero, si cedemos a sus demandas lo único que estaremos consiguiendo es que los ciudadanos tengan voz en los tribunales, aunque eso pueda parecer un rasgo noble, los que no han jugado el juego siempre acaban bajo tierra con sus familias llorando a su alrededor. Cuanto más cedamos a sus demandas, más nos exigirán, tenemos que tener una defensa acérrima contra ellos y ser inamovibles como una montaña cuando sopla el viento", reprendió Inzei a lo que el compañero diplomático asintió en señal de comprensión, ya que algo así podría volverse en su contra. "Lo que sugiero es un nuevo líder fuerte que mantenga a raya a los burócratas y a los ciudadanos, un líder con mano de guía y con las intenciones correctas. Este líder tendría que ser alguien querido por los tribunales y los civiles, alguien popular y conocedor de los asuntos del mundo."

"Casi suena como si te sugirieras a ti mismo, Inzei viejo amigo" dijo otro noble que estaba sorbiendo un poco de vino que el nuevo sirviente de Inzei les había entregado.