CAP 9

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Habían transcurrido un par de meses desde aquel trágico suceso; desde el día en que tomó la vida del menor con sus propias manos.

Por lo que había escuchado, el líder de los mestizos había hecho un altar en honor a Felix en el intermedio, una tradición que había aprendido durante sus viajes a la tierra.

Dos meses después de aquel fatídico día, toda la verdad salió a la luz.

Sus padres, los mismos que lo habían mantenido bajo el control de su propio don, habían alimentado en su corazón un profundo rencor irrazonable hacia los mestizos desde que era un niño.

Cada palabra pronunciada por Felix fue cierta: en su mundo, los seres humanos eran utilizados como meros instrumentos. Aquellos que en el pasado ejercían el don Sene lo empleaban para embellecer a las personas y, posteriormente, arrojar a sus hijos al intermedio como si fueran simples desechos.

Por esta razón, el dios de aquel don había permitido que únicamente sus padres y él lo heredarán.

No obstante, había actuado como un completo idiota al presionar al menor cada vez que sentía que las circunstancias se salían de su control, e incluso para protegerlo del peligro.

Un año después, finalmente logró encerrar a sus padres y a aquellos que se atrevían a expresar su odio hacia los mestizos, alejando del dominio a los reyes y gobernantes.

En la actualidad, los mestizos tenían la libertad de ir y venir sin dificultades entre ambos mundos. Sin embargo, Chan se negaba a regresar al intermedio y a la tierra.

No deseaba revivir nuevamente las experiencias compartidas con Felix. Por el momento, se sentía satisfecho con el camino hacia su oficina y el regreso a su habitación.

Negó con un gesto sutil antes de retomar sus labores.

Desde que asumió el poder, los cambios habían sido drásticos.

Por un instante, se permitió sonreír en la intimidad de su habitación al recordar aquella ocasión en que las damas de la alta sociedad le relataron lo grosero y descortés que había sido Felix con ellas.

Sin embargo, no lo creía en absoluto. Sabía que el menor fue una persona de carácter fuerte que se daba a respetar; al menos eso fue lo que aprendió durante su tiempo en la tierra junto a él.

Sus días en la tierra...

Recordaba aquel momento en que Felix lo llevó a un lugar llamado dulcería.

Era la primera vez que se encontraba en un establecimiento de este tipo, pero el menor lo guió hasta recorrer cada uno de los pasillos. Se había reído durante horas al verlo comer un chocolate sin quitarle la envoltura. Ese día fue el primero en que se atrevió a dejar un breve beso en su mejilla, y aunque sabía que Felix temía de sus habilidades en ese entonces, le devolvió un tierno beso en la nariz.

Cuando alguien llamó a su puerta, salió de su estupor al ver a Hyunjin entrar con una expresión complicada en el rostro.

—¿Encontraron algo? —preguntó de inmediato, poniéndose de pie.

El ahora pelirrojo negó levemente con la cabeza, hizo una breve reverencia y se retiró.

Desde la muerte de Felix, se había comprometido a buscar alguna manera de devolverlo a la vida. Sin embargo, incluso sus cenizas habían desaparecido por completo.

Hyunjin se había limitado a tratarlo como su superior durante los primeros meses luego del conflicto, comunicándose únicamente lo necesario.

Fue un duro golpe para Hyunjin descubrir que él también había estado bajo el control de los reyes. Realmente había considerado a Felix una parte fundamental de su vida.

layc ᝰ ChanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora