Después de la primera mañana así siguieron los días, comiendo cuando lo creían conveniente y estando abrazados en el sillón y en la cama, siendo conscientes de sí mismos, y que estaban vivos, seguían aquí.
Sin motivos por los cuales luchar, ¿porque no lo buscaron cuando se perdió?, se preguntaba Harry, ¿Porque Dumbledore lo obligaba a espiar?, se preguntaba severus.
Ambos sabían que los demás les habían fallado, por eso sentían reconfortante la presencia de ambos, ya que no estaban solos en ese camino que decidieron llamar.
"¿realmente les importo? o solo querían un chivo expiatorio. "
— Sabes realmente no podemos seguir así Harry — El menor asintió desde su ligar que había reclamado en el sillón — está bien que no tengas ánimos, pero tenemos que salir de aquí, tarde o temprano nos encontraran, y si no es Voldemort va a ser Dumbledore —
Asintiendo el menor se dirigió arriba tomando su varita y empezado a guardar alunas cosas, mientras que severus se encargaba de guardar algunas de las pociones y la comida que había en la cocina.
Los dos encontrándose en el lobby y con las cosas encogidas decidieron aparecerse por medio del traslador de emergencia que tenía guardo por alguna ocasión como esta, llevándolos a lo que sería su nuevo hogar, una casa en lo que se conocía como la Riviera Maya en México.
— ¿Dónde estamos Severus? — pregunto algo mareado por el viaje sosteniéndose del mayor. — estamos en México, Yucatán para ser más preciso, en mi casa de emergencia —
Asintiendo se dirigieron lentamente a la casa que estaba justo enfrente del mar, empezaron a desempacar, aunque tenía algunas cosas en esa casa como reserva de ropa y alguna comida que no se echaban a perder rápido como atún o verduras enlatadas.
— Realmente no creí que el temido profesor de pociones tuviera una casa en la playa — riendo un poco volteo a ver el mayor sentados en una toalla en la arena — yo tampoco lo creía, pero pensé que este sería el último lugar donde me buscarían —
Era raro pensar en dos personas tan opuestas dándose apoyo silencioso como tomarse de las manos o recargarse en el hombro del contrario como un medio de reconfort, los días fueron fluyendo empezando a hacer una rutina, donde normalmente dormían juntos por las pesadillas que atacaban por las noches.
Levantados a las siete de la mañana, desayunar y empezar sus tareas, Severus se encargaba de hacer pociones que podrían necesitar, así como investigar, y Harry cuidaba del nuevo huerto que tenían para poder cosechar su comida, y limpiaba la casa, aunque eso solo era los primeros días de la semana.
Por las tardes después de comer tenían entrenamiento durante dos horas de ataque y de defensa al estilo muggle y con magia, para después cenar.
— Creo que no deberíamos regresar... — Harry soltó de repente en medio de la cena, Severus solo lo miro interrogante — si... yo ya estoy cansado de luchar una guerra que yo no empecé y cargar con tatos muertos sobre mi espalda me está matando lentamente y sé que a ti también —
— Tienes razón Harry pero que haríamos aquí, en algún momento tendríamos que salir y conseguir algún trabajo para poder mantenernos —
— Sé que lo lograremos... puedes trabajar vendiendo pociones en el mundo mágico de aquí y yo puedo conseguir el puesto de maestro de inglés o algo así... solo piénsalo — Levantándose y llevando los platos al fregadero para poder lavarlos no esperaba recibir un abrazo por detrás.
— Esta bien Harry nos quedaremos aquí para poder vivir una vida tranquila — Harry acurrucándose más entre los fuertes brazos del mayor — Gracias Sev —
— no tienes que agradecerme, creo que esto podría funcionar... al igual que nosotros dos, juntos como pareja — afirmando su agarre al cuerpo del contrario por miedo a que este se fuera escondió la cara entre la unión del hombro y del cuello. — sí creo que si pudiéramos funcionar así —
Harry riendo un poco se giró para besar a Severus en la boca, empezando un beso lento que fue avanzando hasta convertirse en un beso desesperado, llevándolos a su habitación donde severus adoro cada parte de Harry como si fuera el arte más valioso que haya estado en su vista.
Severus susurró al oído de Harry, "Te amo". Harry respondió con un suave, "Y yo a ti, Severus", pasaron la noche amándose como nunca se habían sentido.
Dedicando cada minuto a reafirmarse cuando se querían y se anhelaban
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Poco a poco, ambos encontraron paz en su nueva vida lejos de la guerra y de aquellos que les habían fallado. La rutina que habían establecido les brindaba una sensación de que todo había acabado que tanto necesitaban.
Siendo bastante fácil acomodarse cómodamente con severus trabajando desde casa con pedidos por encargo fue bastante fácil ganarse un renombre muy rápido dentro del país.
Harry se comprometió a ayudar a los niños de la comunidad enseñándoles ya no solo ingles si no varias materias, encontrando una escuela mágica donde pudo crecer profesionalmente y convertirse en un gran maestro, profesión que aprendió a amar.
Una tarde, mientras el sol se ponía sobre el horizonte, Harry y Severus se sentaron en la pequeña terraza de su casa, observando las olas del mar acariciar la orilla.
— ¿Sabes, Severus? — empezó Harry, rompiendo el silencio — Nunca imaginé que podríamos encontrar paz en un lugar como este —
Severus miró a Harry, sus ojos llenos de una mezcla de sorpresa y gratitud. — Tampoco yo, Harry, pero aquí estamos, y por primera vez en mucho tiempo, siento que tenemos un futuro —
Harry sonrió, sintiendo una calidez en su pecho que no había experimentado en años. — Sí, un futuro y no uno dictado por profecías o guerras, sino uno que podamos construir juntos —
Severus asintió, su mirada volviendo al mar. — Te has dado cuenta de que, a pesar de todo lo que hemos pasado, creo que a esto que tenemos lo puedo llamar hogar por primera vez en mucho tiempo —
Harry se quedó en silencio por un momento, reflexionando sobre las palabras de Severus. — Tienes razón. Y creo que es hora de que empecemos a planear ese futuro. Tal vez podríamos expandir la casa para poder tener más gente como nosotros y formar una familia... —
Severus sonrió, una sonrisa genuina que rara vez se veía en su rostro. — Eso suena como un plan, Harry, un buen plan. —
Con esa decisión tomada, ambos comenzaron a trabajar en su nuevo proyecto, logrando adoptar a dos gemelos los cuales llamaron Lily y Sirius (muy a pesar de severus) siendo estos mágicos al igual que ellos, logrando agrandar la familia,
Y así, mientras el sol se ocultaba en el horizonte, viendo a los niños jugar con las olas del mar, Harry y Severus miraron al futuro con esperanza y determinación, listos para enfrentar lo que viniera, juntos.
Sí creo que este es el fin de mi pequeño fanfic, espero les haya gustado
Buenos días Buenas tardes y buenas noches