•CAPÍTULO 16•

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Lyen

Dicen que cuando deseas mucho algo y piensas en ello con todas tus fuerzas, el universo te lo consede. No se que tan cierto sea esto, porque llevo más de un mes con Alan en mis pensamientos y no he podido encontrarlo.

Al parecer sus amigos son mejores detectives que las mias, llevamos mucho tiempo buscándolo por internet y no obtenemos ningun resultado.

Mi corazón se comprime cada vez que Kelly grita que encontró algo, pero como todas las veces anteriores, no es él.

—Ya verás que pronto encontraremos una pista. —me consuela Candela, pero se que no es cierto.

Algo dentro de mi me dice que no lo voy a encontrar, y mi mente me confirma que él no se va a dejar encontra, tiene razones para hacerlo, después de lo que le dije.

El trabajo es lo único que me hace distrer, pero solo un poco. Porque cuando hablo en lenguaje de señas con algún paciente me acuerdo de nuestras conversaciones y mi corazón vuelve a doler.

—No creo que lo encuentre nunca —le digo a las chicas mientras recojo mis cosas—. Voy a trabajar.

No les dejo responder, salgo sin mirarlas.

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La farmacia está al final del pasillo a la derecha, recuerde pasar por recepción para agendar su próxima cita.

Muchas gracias, que tenga buen día.

Usted también.

Despido a la última paciente que tiene agendada la doctora Rosa para esa tarde y reviso el registro del día.

—Lyen, necesito que mañana vengas un poco más temprano, voy a estar en una conferencia en otra ciudad y no voy a poder atender a los pacientes, por lo que un amigo me va a ayudar en el consultorio.

—Sí, puedo venir temprano ¿A qué hora vengo?

—A las 7:30 am, necesito que orientes a mi amigo sobre los pacientes que están agendados para ese día.

—Ok, sin problema.

—Muchas gracias, Lyen. Como mañana vienes más temprano puedes irte ya.

—Gracias, hasta luego.

—Gracias a ti, nos vemos depués.

Como salí temprano le escribo a las chicas para reunirnos, pero aún no salen del trabajo así que mientras las espero me siento en una cafetería a esperarlas.

—Buenas tardes, ¿qué desea ordenar?

—Un malteada de chocolate, por favor.

—En un momento se la traigo.

—Gracias.

Tres minutos después, mientras tomo mi maletada y espero a las chicas miro a mi alrededor. Veo a varias parejas tomados de las manos y haciendose arrumacos y me imagino si Alan y yo seríamos así.

Por el rabillo del ojo veo como un chico pasa por la acera y mi corazón se paraliza, ese cabello se me hace muy familiar.

—No puede ser.

Busco con rápides dinero en mi cartera y lo pongo encima de la mesa, y salgo corriendo. Mi mente maldice que no haya ido al gimansio, cada vez veo que Alan va mas lejos.

No te vayas, por favor.

Choco con algunas personas en el camino, pero no me detengo a pedir disculpas. Y se detiene, Alan se detiene para cruzar una calle y por fin llego a su lado.

Mi mano se posa temblorosa sobre su hombro, y se gira, un chico muy guapo me sonríe y se quita los audífonos.

No es mi Alan.

—Disculpa, te confundí con alguien más.

Y me voy corriendo de ahí, no quiero que un desconocido me ve llorar así.

¿Qué hiciste conmigo, Alan?




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Holaaaaaaa

¡Doble actualización!
Está va dedicado a FabRulosa896327 que está de cumpleaños hoy.

❤️❤️❤️❤️

El lenguaje del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora