Prólogo

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Axel Collymore se encontraba sentado en una fría y austera sala de interrogatorios de la comisaría de Rivertown. Las luces fluorescentes parpadeaban ligeramente, añadiendo un aire de tensión al ambiente. Axel, con su chaqueta de cuero y su cabello desordenado, miraba fijamente la mesa de metal frente a él, tratando de recordar cada detalle del incidente que lo había llevado allí.

Todo había comenzado unas horas antes, cuando Axel y sus amigos habían decidido explorar una vieja mansión abandonada en las afueras de la ciudad. Lo que había empezado como una simple aventura se había convertido rápidamente en un misterio cuando escucharon un ruido ensordecedor que los hizo salir corriendo de la mansión.

De vuelta en la comisaría, Axel levantó la vista cuando la puerta se abrió y entró su padre, Kieran Collymore, un abogado de renombre en la ciudad. Con su traje impecable y su expresión severa, Kieran irradiaba autoridad.

— Axel, ¿qué demonios ha pasado esta vez? — Preguntó Kieran con voz firme.

Axel suspiró, sabiendo que tendría que explicar todo desde el principio. Pero antes de que pudiera responder, el oficial de policía a cargo del caso entró en la sala.

— Señor Collymore, encontramos a su hijo y sus amigos en la escena de un incidente en la vieja mansión. Parece que han tropezado con algo más grande de lo que imaginaban. — Dijo el oficial.

Kieran miró a su hijo con una mezcla de frustración y desaprobación.

— No quiero saber nada de tus tonterías, Axel. Arregla esto y no me hagas perder más tiempo. — Dijo Kieran, girándose para salir de la sala sin esperar respuesta.

Axel observó a su padre salir, sintiendo una mezcla de rabia y determinación. Sabía que tendría que resolver este misterio por su cuenta.

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Nota

Hola, gracias por elegir está historia, en este libro, habrán de todo y probablemente algunas escenas algo explícitas y con algunas palabrotas. Pero también hay límites.

Espero que les gusten está historia y no sé olviden comentar y votar.

××× Gracias por su atención

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