Capítulo 07

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Freen se encontraba acostada en la cama y Becky tenía su cabeza en el pecho de la omega.

Los sollozos de Becky era lo único que se escuchaba en la habitación y una de las manos de Freen se encontraba acariciando los cabellos rubios de la alfa.

—Lo siento, Saro —murmuró.

—¿Por qué? —preguntó confundida.

—Por todo, por no ser una alfa valiente y por dejar que te golpearan —ocultó su rostro en el cuello de la contraria para disfrutar del aroma de Freen, chocolate con fresas.

—Claro que eres valiente, Becbec, y tú no tienes la culpa de que me golpearan, tú no me mandaste a pelear con esos alfas —besó su cabeza—. Soy yo quien tiene que disculparse contigo, por mi culpa nuestros padres nos advirtieron, pero te prometo que cambiaré.

Armstrong salió de su escondite y negó con la cabeza. ¿Por qué Freen tenía que cambiar solo por ella? Sabía que a Freen le gustaba pelear, aunque lo hacía cuando la situación lo ameritaba, pero cambiar su actitud solo por ella no le parecía justo.

—No, no quiero que cambies solo por culpa de nuestros padres —la miró a los ojos—. Podemos tener peleas en el ring —era el único lugar donde ellas estarían bien.

—Pero tú nunca me golpeas, solo esquivas mis golpes —susurró—. Mejor voy a seguir practicando y me voy a concentrar más en la universidad —comentó.

Becky hizo una mueca, pero solo asintió, ella no tenía derecho de decidir por la pelinegra.

—Lo único importante aquí es que estemos juntas —volvió hablar la menor—. Tenemos muchos planes a futuro y no quiero que nadie se interponga —la rubia solo asintió.

—¿Podemos dormir un rato, omega?

—Claro, vamos a dormir por ahora, después nos preocupamos por lo demás —se acomodaron en la cama, Becky abrazó la cintura de la tailandesa y recargó su cabeza en el pecho de esta.

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Freen no sabía cuánto tiempo ha pasado, pero sabe que ni una hora, se paró de la cama y caminó hacia el piso de abajo, donde se encontraban sus padres y los señores Armstrong.

—Padres —los llamó y todos los presentes voltearon a verla.

—¿Quieres decirnos algo? —preguntó la señora Chankimha al ver a su pequeña impaciente.

La omega asintió.

—Les prometo que cambiará mi forma de ser, ya no me meteré en más peleas y solo me concentraré en los estudios y en mi relación que son lo más importante —les regaló una sonrisa.

—Freen —su padre la llamó.

—Solo, por favor, no vuelvan a mencionar nada de separarme de Becky —sus ojos se cristalizaron—. No quiero verla otra vez llorando y que sea por mi culpa, por mi comportamiento. Les prometo que mejoraré —hizo una pausa—. Si vuelvo a hacer algo mal, por favor, solo dígamelo a mí y yo me encargaré de mejorarlo —dicho eso regresó a la habitación y se acostó al lado de Becky.

Cerró los ojos dispuesta a dormir de una vez, pero se sorprendió cuando Becky murmuró:

—Si quieres llorar, está bien, estoy aquí contigo, mi amor —no necesitaba más para que Freen llorara sobre el pecho de su alfa.

La culpa estaba presente en ella y con solo imaginarse estar sin Becky le aterraba.

Freen no sabría qué hacer si la alfa no estuviera en su vida.

En la sala se encontraban los padres de las jóvenes y la señora Chankimha miró con preocupación a su esposo.

—¿No crees que esto fue muy lejos? —preguntó con enojo.

—Es por su bien. No me gusta verla con golpes en su rostro y ella sabía que tenía prohibido pelear con las personas —se cruzó de brazos.

—Pero no teníamos por qué mencionar sobre separarlas, todo esto fue demasiado —soltó un suspiro—. No solo les está lastimando a ellas, sino también a sus lobas.

—Solo hay que darles tiempo —agregó la señora Armstrong con una sonrisa triste.

Algunos padres no se dan cuenta de que sus actos llegan a lastimar a sus hijos.


La tierna basquetbolista ┊ Freenbecky omegaverse┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora