Semana infernal

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Narrador: irene

Me llevaron a una especie de quirofano y me amarraron contra la camilla

Mi cuerpo se sentía muy débil y me sentía muy mal, los enfermeros eran los mismo que estaban en ese maldito hospital, quiere decir que son las perras de Olivia, mis oídos dolían sentía como si mi cabeza quisiera explotar estuve ahí por varios minutos hasta que se abrió la puerta y la vi, estaba Olivia con guantes y una bata

—La necesito de espaldas —ordeno Olivia seria, los enfermeros le hicieron caso y yo no me pude resistir— Sabes irene... pensé que tu serias mi niña perfecta... —dijo y sentí como con algo filoso cortaba mi piel de la parte de atrás de mi cuello— y que sayda era un intento fallido pero no es así —dijo mientras sentía como cortaba mi piel, era un dolor inmenso las lágrimas salían de mis ojos pero no tenia fuerzas para gritar— sayda es lo que queríamos... no puedo creer que cometi el error de dejarla ir, ahora me voy a encargar de no cometer ese error dos veces, vas a ser mi maldito conejillo de indias —aparto el objetivo filoso de mi piel dejando que la sangre salga de mi nuca— y sayda no te va a buscar por que ahora te odia —dijo mientras que con unas pinzas sacaba algo de mi nuca, el dolor era increíble, sentía que iba a perder la consciencia pero no lo hacía, el dolor era como si me quitaran poco a poco cada maldita capa de piel— Primero voy a eliminar la cargada que hice hace 10 años, y voy a experimentar contigo, para después pasar con  sayda —termino de quitarme lo que sea que tenía en la nuca, la verdad mejoro mi dolor de cabeza pero mi cuerpo no recuperaba su fuerza habitual— ella es mi niña perfecta... solo falta pulirla —empezo a coser la herida— gracias por evitar que se haga daño todos estos años irene —sentía como la aguja se clavaba y salía pasando el hilo, no me habían puesto anestesia de ningún tipo por lo que podía sentir todo— ¿Sabes? sayda esta mejor sin ti, no se por que te esfuerzas en mantenerla segura —siguió cosiendo— solo faltaron unas palabras y te empezó a odiar —escuche como se reía cinicamente— eres igual de idiota que tu madre, una maldita que es capaz de arriesgarse por otros —se separó de mi y hicieron que me voltearan— voy a hace lo que se me plazca contigo y nadie va a venir a buscarte, por que eres una escoria que a nadie le importa —sentí como las lágrimas brotaban de mis ojos mientras la miraba asustada— Que interesante... tus ojos no cambiaron nada desde que nos conocimos...

Vi como Olivia sonrío y saco una jeringa sin nada y empezó a sacarme sangre, en esta había algunos pocos cristales morados, a comparación de los cristales morados que salieron de mi vomito estos eran pocos

Guardo la jeringa y vi como se largaba de la habitación, lo enfermeros me miraron y me agarraron de los brazos como si fuera una muñeca de trapo y me dejaron en el suelo, sacaron todos los utensilios y me dejaron sola en medio de la habitación

Semana infernal:

1 primer día - lunes 7/09

Estuve en esa habitación por horas, no vi señales de que me iban a soltar y decidí dormir para recuperar energías y empezó el infierno que mi mente tenía preparado para mi

Volví a mi yo de 4 años, estaba semi dormida y me fui a la sala y la vi... vi a mi madre con un cuchillo clavarlo una y otra y otra vez en algo en el suelo que ya no se movía, parecía ser un bebe de pocos meses de vida mi madre estaba echa lágrimas y llena de sangre

—¿M-mami? —dije temblorosa pero mi madre no me escucho y se sentó en el suelo empezandose a reír

—Yo soy sirena que canto y en mi canto doy placer, tengo cola de pescado, figura de una mujer, yo soy sirena que canto y en mi canto doy placer, tengo cola de pescado, figura de una mujer —mi madre empezó a cantar cargando a el bebé muerto en sus brazos meciéndolo, este estaba lleno de sangre— marino por que te espero, marino ¿por que te vas?, le encargo a los marineros muchas perlas y coral, marino por que te espero, marino ¿por que te vas?, le encargo a los marineros muchas perlas y coral —empezo a tararear el ritmo de la canción meciendo a el bebé en sus brazos como si estuviera vivo— soy sirena que en el mar canta muy serenamente y el que me oyera cantar, seguro tendrá la muerte, soy sirena que en el mar canta muy serenamente y el que me oyera cantar, seguro tendrá la muerte —se levanto y empezó a caminar en círculos con el bebé muerto en sus brazos— sirenita encantadora ¿Quien te pudiera pescar? Y sacarte del peligro de lo profundo del mar, sirenita encantadora ¿Quien te pudiera pescar? Y sacarte del peligro de lo profundo del mar... —empezo a tararear la melodía otra vez sonriendole a el Bebé muerto— a todo el que esté presente... yo le dio la despedida... será hasta el próximo año... si dios me cede la vida, a todo el que esté presente... yo le dio la despedida... será hasta el próximo año... si dios me cede la vida —dejo caer el bebé muerto en el suelo y se acercó a él cuchillo agarrandolo— Marino por que te espero —se clavo el cuchillo en el vientre— marino ¿por que te vas? —saco el cuchillo y se lo volvió a clavar en el vientre— le encargo a los marineros muchas perlas y coral... —se empezó a sacar el cuchillo y clavarlo en su vientre múltiples veces y la sangre salía de su boca— marino por que te espero, marino ¿por que te vas?, le encargo a los marineros muchas perlas y coral, marino por que te espero, marino ¿por que te vas?, un cargo a los marineros muchas perlas y coral...

años en sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora