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-Estás rojo- señala Sirius acariciando su mejilla- ¿qué pasa? ¿te puse caliente?- se burla divertido, antes habría sacado un cigarrillo para hacer el momento más feliz, pero últimamente casi no fuma.

Remus retrocede avergonzado y respira entrecortado.

-Estamos en una maldita juguetería, Sirius- se queja molesto- cierra la maldita boca.

Ahora es Sirius quien retrocede, eleva ambas manos en señal de paz y camina lentamente de espaldas, hasta llegar a Teddy.

Remus suspira, se pasó quizás con el tono. Debe seguir tratando su ira.

-Lo siento- se disculpa una vez ya a su lado, simplemente susurra en su oído- me puse nervioso, perdón.

-No lo volveré a hacer- responde Sirius, tomando lápices de colores para Teddy- ¿crees que debemos llevar slime?

-No- contesta serio- es un arma mortal, el sillón sufrirá demasiado.

-Entonces acuarelas, pinturas, lápices, marcadores, cuadernos, ¿necesitan llevar algo al jardín?

-Me encargaré yo de eso- Sirius asiente.

-Debes ir a lo del documento, ¿quieres ir mañana y yo me encargo de Teddy?

-Debo ri- suspira cansado- debo cambiarlo, es a la mañana, así que sí, ¿crees poder?

-¿Con Teddy? si, no te preocupes. Yo también soy adulto, no necesitas cuidarme.

-Sí, cierto. Lleva de esos pinceles, son buenos.

-Tengo hambre, papi- se queja Teddy tirando de su maga.

Remus lo toma en brazos y besa su mejilla.

-Ya nos vamos- responde Lupin- iremos por ropa y ya.

-No, iremos a comer algo antes, yo también tengo hambre.

-Hay galletitas de avena en el auto-Sirius y Teddy lo miran indignados-Bien, comeremos algo más rico.

[...]

-¿Pasas la tarjeta? iré por Teddy- extiende la tarjeta negra a Remus y corre detrás del niño, antes de que salga al enorme centro comercial y se logre perder, o lo secuestren o algo.

Remus suspira preparado para lo que sigue, la vendedora lo mira con una ceja arriba y voltea ver a su compañero de trabajo. Ambos se quedaron en silencio hasta que Sirius llegó.

-¿Qué pasa?

-Necesito comprobar quien es Sirius Black, es una tarjeta grande.

-Soy yo, él es mi esposo, Remus- responde cansado y pasa a Teddy a los brazos de Remus- yo me encargo, cariño. Tu ve buscando algún restaurante que te guste.

Remus asiente y sale de ahí. Minutos después Sirius llega con diez bolsas en las mano, que es todo lo que llevaban.

-¿No encontraron restaurant?

-No se me ocurrió- se encoge de hombros, Teddy está aferrado a su mano, avergonzado de haber preocupado a Sirius- te esperábamos.

-Bien, ¿qué tal un helado?

-¡Helado!

Remus rueda los ojos.

-¿Qué tal un sandwich?- propone Remus.

-¿De helado?- pregunta el niño.

-No, de cosas que te nutran y te llenen- responde y luego mira mal a Sirius.

-Me apetece un sandwich- apoya Sirius.

Adoptado//WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora