Ardillas y amor

1.4K 159 20
                                    

La verdad era que Harry tenía mucha hambre. Habían corrido casi toda la noche y sólo habían logrado perder a aquellos hombres que iban tras ellos por poco, de hecho fue un milagro que escaparan. Al parecer aquella carretera que Jane mencionó estaba más lejos de lo que en realidad había dicho. Cuando Niall ya no pudo continuar más, se detuvieron a descansar en un estrecho del bosque que estaba algo oculto a la vista y rodeado por densos árboles. Niall dormía profundamente en su pequeño e improvisado refugio a la intemperie, pero Harry no durmió. No podía dormir sabiendo que podrían encontrarlos en cualquier momento o tomarlos por sorpresa. No podía dormir sabiendo que Niall y su hijo estaban en un potencial peligro. Si, hijo.

Eso le había tomado por sorpresa. Tantas emociones juntas hacían que su cerebro fuera un campo atómico de sentimientos totalmente nuevos para Harry. Jamás, jamás en su vida hubiera esperado eso, un ataque de hombres lobos o zombies tal vez, pero eso... la verdad era que no. Le asustaba enormemente. Sabía que no podía ser normal, ¿siquiera era posible? ¿Los vampiros podían tener hijos? ¿Con... hombres? La protuberancia que se dejaba mostrar en el estómago de Niall era la prueba de que si lo era. Incluso se había movido cuando lo tocó. Tantas preguntas y ninguna respuesta. Pero había una que le inquietaba más que todas: ¿Cómo afectaría eso a Niall?

Le dolía la cabeza de tanto pensar. Necesitaba alimentarse. Le echo un vistazo a Niall. Seguía durmiendo en la misma posición que siempre. Quizás podría ir a buscar alguna ardilla de la cual beber sin que se diese cuenta. Odiaba las ardillas, una vez se habia visto obligado a alimentarse solo de ellas, y Harry odiaba su sabor ácido y soso. Pero eran lo mejor en una situación de emergencia, y si eso no era una emergencia entonces no sabía lo que era. Luego también podría cocinarlas para Niall, pensó.

Se levantó con cuidado de no hacer ruido, cosa algo difícil considerando que las hojas secas de los árboles estaban por todas partes y crujían con un ruidoso "crack", al pisarlas.

Le dio una última mirada a Niall, y se acerco para darle un beso en la frente. Luego se dio la vuelta, dispuesto a cazar ardillas.

Lo primero que noto cuando despertó fue que estaba solo. Se incorporó lo más rápido que pudo, y alarmado, miro a su alrededor en busca de Harry. El rizado no se veía por ningún lado.

"¡¿Harry?!" Su grito ahogado se perdió en el bosque.

De inmediato comenzó a pensar en lo peor. ¿Y si le habia pasado algo? ¿Y si lo habían atrapado los secuaces de su padre? Con tan solo pensar en eso las lágrimas amenazaban con caer de sus ojos. No, tenía que ser fuerte, se dijo. De seguro Harry estaba por allí, estudiando las cercanías o algo.

Comenzó a caminar en busca de Harry, hasta que no muy lejos de allí lo encontró. Suspiro aliviado. Harry estaba arrodillado de espaldas, por lo que no lo vio venir. Se fue acercando hasta él.

"¿Harry?" Llamó.

Al escuchar su voz, Harry se tensó. "¿Niall? No te acerques."

Niall se detuvo a pocos metros. "¿De qué hablas?"

"Quédate ahí. No vengas."

Niall frunció el ceño. "¿Porque? ¿Qué ocurre?" Comenzó nuevamente a caminar hacía él, alarmado.

"¡Niall, no!" Harry insistió. Quiso alejarse, pero Niall fue más rápido que él.

"¿Qué estás...?" Se detuvo en seco.

Harry sostenía una cosa peluda, quizás una ardilla. Sus manos estaban manchadas de sangre junto con su boca. No había que ser un genio para saber lo que estaba haciendo.

"Oh."

"No quería que me vieras así. Lo siento." Harry bajo la mirada. Parecía realmente apenado.

"N-no tienes que disculparte, Harry." Niall había visto a otros vampiros hacer cosas mucho peores, y ni siquiera se había inmutado. "Está bien. Tienes que hacerlo."

Harry pareció animarse algo con sus palabras de compresión. Levantó las ardillas que tenía en las manos.

"¿Cena?" Ofreció con una sonrisa.

Las ardillas no tenían tan mal sabor después de todo. De hecho, sabían cómo pollo, solo que su carne era un poco más dura. Niall no sabía que Harry supiera cómo hacer una fogata, ni mucho menos cocinarlas, pero se había sorprendido cuando después de descuartizarlas las coloco en un palo y luego las puso al fuego. Quizás había sido un niño explorador en el pasado.

No se habia dado cuenta de que tenía tanta hambre hasta que probo el primer bocado. Engullía la carne con rapidez, y necesidad. Quizás tener una boca más que alimentar podría ser una de las causas.

Se detuvo cuando vio que a su lado Harry lo miraba.

"¿Qué?" Pregunto con la boca llena.

Harry le sonrió de manera dulce, esa sonrisa especial que te decía que tenía suerte de tenerte. "Nada. Sólo me gusta tenerte conmigo."

Niall bajo su palo con la ardilla, y tragó. "A mí también, Harry." Admitió. "Cuando estaba en esa celda, creía que jamás te volvería a ver. Y en ese tiempo me di cuenta de lo mucho que me hacías falta."

Harry sonrió, y tomó su barbilla para darle un cálido y vasto beso en los labios.

"Te amo, Niall." Susurro.

"Y yo a ti, Harry."

Esta vez, Niall no dudaba de sus sentimientos.

Mi alma gemela {Narry Mpreg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora