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Abrió la puerta del lugar que tantas veces lo recibió cuando lo necesitaba. El bar de su amigo Nahuel estaba explotado ese día, ya que era fin de semana.
-¡Cuti, hola!- Nahuel lo saludo sonriente detrás de la barra y Romero solo se limito a hacer una mueca mientras se sentaba -Uia, ¿Qué paso? ¿Valen esta bien?- asintió tranquilizandolo, Molina es el típico tío sobreprotector, que le importa mas el hijo de su amigo, que su propio amigo.
-Si Nahu, Valen esta con Karen ahora, ya sabes que el finde se va con ella-
-Esa chirusa- rodó los ojos Nahuel, haciendo reír apenas a Cristian-¿Te preparo lo de siempre? Así cambias esa carita, que te ves mas feo de lo que sos-
Mientras su amigo seguía preparando tragos, Romero decidió mirar un poco a su alrededor. No había notado que, con una banqueta entre medio, a su costado se encontraba un chico medio rubio, teñido quiere creer, que tampoco tenia la mejor de las ondas.
-Toma Cuti- cuando Nahuel se acerco con su bebida, Cristian cayo en la realidad de que se había quedado mirando al chico a su lado -¿Ta' linda la vista che?- su amigo se rio de su cara toda roja al ser descubierto -¿Nunca te conté de él no?- Romero negó rápidamente, esperando que no sea una de las tantas conquistas de su amigo -Se llama Lisandro, tiene tu edad o por ahí, e' como vos, viene acá a desahogar sus penas con alcohol- le dió una mirada rápida al chico y justo miro hacia donde él estaba -Yo creo que podrían ser grandes amigos, o quien dice algo mas-
-Nahue ya sabes que yo no quiero nada mas con nadie- Cristian hablo muy seguro de lo que decía.
-Bueno, bueno, yo ya se eso, pero también te conozco bastante- el menor rodo los ojos porque su amigo tenia razón, era bastante enamoradizo -Déjame que los presente, al menos así lo unimos a nuestro gran grupo de amigos- Cristian rio ante lo que había dicho, el gran grupo de amigos eran ellos dos y su hijo Valentino -Licha, vení acércate- su amigo lo llamo y el chico se movió al asiento a su lado -Te presento a mi hermano de la vida el Cuti, y Cuti te presento al Licha- Nahuel sonrió, ambos nombrados se miraron sonriendo también y se saludaron con un beso en la mejilla.
Romero sintió una corriente eléctrica ante el saludo, y por lo visto no había sido el único que lo había sentido, Lisandro, se sonrojo ante aquel acercamiento.
Que bonito se veía así. Pensó Cristian.
-¿Nahuel podés dejar de charlar y ponerte a laburar?- se escuchó la voz de Rodrigo interrumpiendo el momento, el socio de Nahuel y su amor prohibido de toda la vida.
Nahuel acató la orden al instante, De Paul tenía un gran poder sobre él.
Romero miro al rubio a su lado, ambos rieron al no saber que decir, tomando cada uno de su vaso.
Un tema muy conocido empezó a sonar, y Cristian sintió la necesidad de bailar un rato.
-¿Te gustaría ir a bailar?- lo miro, deseando que su respuesta fuera positiva. Lisandro frunció el ceño no tan convencido.
