𝐄𝐗 𝐃𝐄 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃

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Cristian estaba frustrado, no podía entender las actitudes de Lisandro con él

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Cristian estaba frustrado, no podía entender las actitudes de Lisandro con él.
Ambos se conocen de toda la vida, sus madres son amigas y se criaron prácticamente juntos. A sus dieciséis años, se encontraban en una fiesta de un compañero del colegio, y se habían puesto a jugar al típico juego de la botellita. Nunca pensaron que por darse un beso en aquel tonto juego, nacería un sentimiento nuevo para los dos. Nunca se habían enamorado antes, si les habían gustado algunas personas, pero lo que estaban sintiendo por el otro sabían que no era algo como lo demás.
Aclararon como se sentían y decidieron empezar a salir, sin ningún título oficial en ese momento. Hasta que un día Cristian decidió hacerle la propuesta, le pidió ayuda a su segunda mamá, osea la madre de Lisandro, y entre los dos decoraron la habitación del mayor, con globos, algunos pétalos, fotos de los dos y en la pared un cartel que decía la famosa pregunta "¿Queres ser mi novio?".
Lisandro lloro, lloro demasiado ante tal sorpresa. Pero al instante dijo que si.
Desde ese momento hasta ahora, habían pasado ya más de dos años, y las cosas habían cambiado mucho.

-Hijo, ¿podés dejar de paspar moscas y desayunar?- su mamá se sentó delante de él con el mate.

-A si- Cristian sacudió su cabeza, eliminando sus pensamientos, y se dispuso a terminar su desayuno.

-¿Está todo bien Cris?- Rosa lo miro un tanto preocupada, últimamente su hijo estaba muy disperso.

-Si ma, estaba pensando en algo del colegio- mintió para evadir el tema. Se sentía muy mal mentirle a su mamá, pero no podía contarle lo que había hecho, sabía que ella nunca se lo perdonaría.
Miro la hora en su celular y procedió a juntar todo lo que uso en su desayuno para dejarlo en la cocina -Me voy ma, que si no voy a llegar tarde- la saludo con un beso en la cabeza.

-Anda, mándale saludos a Lisandro- su mamá le sonrió, amaba que su hijo y el hijo de su mejor amiga sean pareja. Cristian asintió sin mirarla, se colocó su mochila y salio de su casa.
Rosa se quedó pensando en que algo estaba pasando y su hijo no quería decirle, tendría que hablarlo con Silvia, a ver si ella sabía algo.

Romero hizo el mismo camino de todos los días para ir al colegio, obviando una parada que antes hacía siempre. Ya no tenía esa compañía tan linda.

Llegó al colegio bastante justo de horario, se adentro a su curso, el cuál era un quilombo cada mañana gracias a Nahuel y Rodrigo, sus amigos más cercanos. 

-Que ondaa- los saludo cuando se acercó a ellos, sentandose en su lugar delante de aquel dúo.

-Cuti, le podés decir a Nahuel que si había prueba hoy- cada mañana era una pelea diferente entre Molina y De Paul, y Cristian era el mediador, aunque cuando le convenía se tiraba para un lado de los dos.

-Justo a él le vas a preguntar, seguro ni estudio, si es que es verdad- Nahuel se cruzó de brazos mirando a Rodrigo, el cuál estaba convencido de lo que decía.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐜𝐮𝐭𝐢𝐥𝐢𝐜𝐡𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora