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—Hae-in, te sirves lo que comerás de ramyeon —Ha-Neul alzó la voz, el sonido del agua corriendo era fuerte y su hermana menor gritó un "sí".
La mayor bebió un poco del caldo e hizo una pequeña mueca al sentir la calentura en su lengua. Sopló un poco y se sentó en la mesa.
Comenzó a deslizar su pantalla después de darle me gusta a los vídeos por TikTok, a veces leyendo los comentarios y riéndose, otras veces mandándole a Grace o a Hae-in —cuando eran de burla hacia ella—.
Pronto, apareció la menor, mientras se secaba el cabello con una toalla.
—¿El ramyeon?
—Cocina —respondió, sopló y comió un poco de fideos, mientras Hae-in iba a servirse un poco.
El sabor era picante, pero delicioso.
—Ha-Neul, sabes que no me gusta el picante... —dijo mientras traía su ramyeon, un color naranja en la sopa.
—No está tan picante, pruébalo. Está muy delicioso.
Ella sonrió y su hermana no tuvo más remedio que comerlo así, aunque le ardiera un poco la boca.
Ambas estaban comiendo, las dos en sus teléfonos hasta que Hae-in tomó la iniciativa de hablar con ella. Dejó su teléfono en el centro y la miró. La castaña levantó la mirada.
—Cuéntame, ¿cómo te fue ésta primera semana de tu último año?
—Mmm... —pensó. No había mucho que contar, las clases le resultaban más estresantes que en Estados Unidos, pero así aprendía más. Ya se acostumbraría a esto—. Ah, actuaré en el festival. Pero, no entiendo qué es eso.
La mirada de Hae-in se iluminó.
—Es un festival, dónde...
—Increíble.
—Déjame. Es un festival, es de todos los grados, desde el séptimo hasta adelante es uno diferente. Los de último año hacen una obra de teatro, otro grado preparan postres, otros preparan juegos, show de talentos y así, no sé. Pero es para recaudar dinero.
Ambas se observaron, Ha-Neul asentía a medida que comprendía.
—¿Y desde cuándo hay eso? En mis tiempos no existía.
—Uh, no te enteraste, verdad.
Ha-Neul se acercó más, sonriendo al saber que una noticia iba a ser revelada.
—Viste, el exdirector Goo —la mayor asintió—, hubo un problema con una profesora del grado 2 y la directora Shin se enteró —el rostro de la castaña era de sorpresa—. Sucede y acontece que lo botó de su casa y del trabajo, como ella era la que le dió empleo por su familia...
—¿Y qué pasó?
—Eso pasó el año pasado. Desde entonces, la directora Shin ha estado haciendo más cosas que el anterior. Y una de esas mejoras, fue el festival. La segunda mejor es la máquina expendedora en la cafetería.
