Academia de Dragones

Capitulo 3

Entre el Deber y el Corazón

El sol de la mañana se filtraba a través de las ventanas del castillo de Luxero, iluminando los elegantes pasillos y el salón principal donde Evelyn Castillo Griti, ahora una Ancla recién elegida, comenzaba su día. La vida en el castillo era un contraste evidente con las pruebas de la academia, y Evelyn estaba acostumbrada a la mezcla de lujos y responsabilidades que su estatus implicaba.

**En el Despacho Real**

La Princesa Evelyn se encontraba en el despacho real, donde sus padres, el Rey Manuel y la Reina Ivie, discutían asuntos de estado. La Reina Ivie, con su carácter autoritario y directo, mantenía una actitud firme y sin rodeos.

—El hecho de que hayas sido elegida como Ancla no significa que debas olvidar tus responsabilidades aquí— dijo Ivie con tono tajante— “No esperaremos que te comportes como una princesa delicada.”

Evelyn, que había heredado esta actitud tosca, respondió con una mezcla de desafío y humor seco.
—No te preocupes, madre. No tengo intención de dejar que un Titulo me haga olvidar lo que realmente importa.

El Rey Manuel, con su naturaleza amable y comprensiva, intervino para suavizar la tensión—Evelyn, sabemos que estás haciendo un excelente trabajo. Estamos orgullosos de ti y sabemos que cumplirás con tus deberes.

El Príncipe Ryura, el heredero al trono y hermano mayor de Evelyn, entró en el despacho con una expresión burlona. —¡Mira quién está aquí, la recién Proclamada Ancla! ¿Ya has empezado a practicar cómo ser la salvadora de la región o aún estás ocupada con tu nuevo uniforme?

Evelyn le lanzó una mirada irónica. —Oh, claro, Ryura. Como si tus bromas fueran el mayor de mis problemas.

Martina, la hermana de Evelyn, entró al salón con una expresión descontenta—¿Evelyn, aún te crees superior por ser un Ancla? Deberías concentrarte en ser una princesa antes de intentar salvar el mundo.”

Evelyn no pudo evitar un comentario sarcástico—Oh, Martina, tu sabiduría es tan profunda como tu paciencia, pero déjame decirte algo sin Mundo no hay Reynos que tengan princesas.

El Rey Manuel, observando el intercambio con una mezcla de preocupación y ternura, intentó mediar—Familia, recordemos que estamos aquí para apoyar a Evelyn. Ella está asumiendo una gran responsabilidad y necesita nuestro respaldo.

**En la Academia de Dragones**

Más tarde, Evelyn regresó a la academia, donde los nuevos Anclas estaban convocados para elegir sus uniformes. Los estudiantes fueron conducidos a un elegante salón lleno de telas de todos los colores y texturas.

La modista principal, una mujer de cabello gris y actitud meticulosa, se acercó a Evelyn y a los otros jinetes—Hoy elegirán la tela y el diseño de su uniforme, así como el color de su capa. Recuerden que la capa estará confecciónada con Una tela pesada que Representara el peso y la responsabilidad de su deber como Anclas.

Evelyn examinó los colores con atención. Optó por una Color  negra, simbolizando la seriedad y el desafío que enfrentaría. Los colores y las texturas de los uniformes variaban, pero Evelyn sabía que su elección debía reflejar su papel y sus responsabilidades.

“Quiero que mi capa sea de un negro profundo, con una broche de oro —dijo Evelyn, mientras señalaba una tela pesada y rica en texturas.El negro representará el peso que llevo, y el dorado será un recordatorio de lo que estoy dispuesta a proteger.

La modista asintió, tomando nota de la elección. —Una excelente elección, Princesa. Las telas serán confeccionadas con gran cuidado para reflejar no solo su papel, sino también su carácter.”

Evelyn y los demás jinetes continuaron eligiendo sus uniformes, cada uno seleccionando colores y diseños que representaban sus personalidades y sus dragones. Mientras los trajes se diseñaban, Evelyn reflexionaba sobre la vida en el castillo y los desafíos que se avecinaban. Sabía que su vida como Ancla sería ardua, pero también estaba segura de que su familia y su determinación la guiarían en cada paso.

Con las decisiones tomadas y la vida de princesa y Ancla entrelazadas, Evelyn estaba lista para enfrentar la nueva etapa de su vida con el compromiso y la fuerza que siempre la habían caracterizado.