Capitulo 7

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Dudas y Revelaciones

Desde la publicación del decreto, el palacio se había transformado en una fortaleza de vigilancia y restricciones. La seguridad había aumentado, y los movimientos de los habitantes del reino estaban más controlados que nunca. Aunque yo estaba acostumbrada a la protección que me brindaban como princesa, el reciente decreto había añadido una capa adicional de inquietud. Pero había algo que me preocupaba más que cualquier medida de seguridad: Lucas.

En los últimos meses, nuestra relación se había vuelto más cercana. Su encanto y picardía lograban sacarme sonrisas incluso en los días más oscuros. Sin embargo, había una sombra en nuestra relación: su secreto. A pesar de mi curiosidad y preocupación, Lucas siempre evadía mis preguntas sobre su apellido y su origen. Para alguien que parecía tan dispuesto a compartir su tiempo y sus pensamientos, era desconcertante que no me contara algo tan básico.

Una tarde, mientras paseábamos por el Bosque, decidí enfrentar la situación. El sol estaba comenzando a ocultarse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosas. El aire fresco y el aroma de las flores no lograban calmar la inquietud que sentía.

-Lucas, necesitamos hablar -dije, tratando de sonar serena mientras nos sentábamos en un banco del jardín-. He estado pensando mucho en nosotros y en nuestra situación.

Lucas se inclinó hacia adelante, mostrándose atento y preocupado.

-¿Qué pasa, Evelyn? -preguntó, con una mirada que intentaba ser comprensiva.

-Eres nuevo en el Reino, y hasta ahora, no has querido decirme tu apellido ni hablarme sobre tu pasado. Y ahora, con todo lo que está pasando, no puedo evitar pensar que hay algo que no me estás diciendo -dije, mi voz temblando ligeramente mientras mi frustración se acumulaba-. No puedo seguir ignorando esto.

Lucas suspiró, bajando la mirada por un momento antes de responder.

-Evelyn, te he prometido que te contaré todo cuando sea el momento adecuado. Solo te pido un poco de paciencia -dijo, su tono era calmado pero tenía un matiz de preocupación.

-¿Paciencia? -exclamé, sintiendo mi enojo elevarse-. Estamos hablando de algo grave aquí, y tú te niegas a decirme lo que está pasando. ¿Por qué no puedes simplemente ser honesto conmigo? Pensé que me querías, pero ahora veo que es solo una ilusión.

Lucas frunció el ceño y se puso de pie, dándose la vuelta para mirar el Bosque con intensidad. Su silencio me hizo sentir aún más frustrada.

-Evelyn, no es que no quiera decirte la verdad. Es que si te lo digo ahora, podrías estar en grave peligro -dijo finalmente, con un tono que reflejaba una mezcla de dolor y determinación.

-¿En peligro? -repliqué, levantándome también-. Soy la princesa. Estoy protegida por los mejores soldados del Reino y, además, no soy tan débil como piensas. Si lo fuera, no me habría convertido en un Ancla. Así que, por favor, deja de tratarme como si fuera una niña.

Lucas se volvió para mirarme, su expresión llena de conflicto.

-No es que te considere débil, Evelyn. En realidad, eres la persona más fuerte que conozco. Pero la situación es más complicada de lo que puedes imaginar. No quiero que te pongas en peligro innecesariamente.

-¿Complicada? ¿Cómo es que puedes seguir hablando de complicaciones y peligro sin darme una respuesta clara? -mi voz se quebró ligeramente, incapaz de contener mi angustia-. Si realmente confías en mí, deberías poder confiarme tu verdad. ¿Qué tan grave es todo esto?

Lucas dio un paso hacia mí, su rostro ahora reflejaba un torbellino de emociones.

-Mira, Evelyn, te estoy pidiendo que confíes en mí un poco más. No es que no quiera compartir mi pasado contigo. Es solo que, si lo hago ahora, podrías ser un objetivo para aquellos que están detrás de todo esto. Mi prioridad es mantenerte a salvo, y a veces eso significa tomar decisiones difíciles, incluso si eso implica mentir un poco -dijo, tratando de buscar un equilibrio entre la honestidad y la protección.

-No necesito que me protejas de la verdad -dije, mi tono mezclando dolor y enojo-. Necesito que seas honesto conmigo. Esto no es solo sobre seguridad, es sobre nuestra relación y la confianza que construimos. ¿Acaso no ves que tu falta de transparencia está dañando todo lo que tenemos?

Lucas se tomó un momento para respirar profundamente, su expresión se suavizó un poco.

-Evelyn, entiendo que estés enojada. No es fácil para mí tampoco. Pero créeme, lo que estoy haciendo es para tu bien. En este momento, la verdad puede ser más peligrosa de lo que imaginas. Te prometo que te lo diré cuando sea seguro hacerlo -dijo, su voz era un susurro lleno de sinceridad.

El silencio se apoderó del jardín mientras las palabras de Lucas se asentaban entre nosotros. Me di cuenta de que, aunque mi confianza estaba siendo puesta a prueba, Lucas también estaba lidiando con su propio tormento. A pesar de mi enojo, mi corazón aún anhelaba creer en él, y el deseo de entender lo que realmente estaba sucediendo seguía siendo fuerte.

Después de un largo momento, me acerqué a él, sintiendo que las barreras entre nosotros se estaban derrumbando lentamente.

-Lucas -dije con voz baja-, a pesar de todo, me doy cuenta de que mi corazón sigue confiando en ti. Pero necesito que no me hagas esperar más. Lo que sea que tengas que decir, por favor, hazlo pronto.

Lucas me miró a los ojos, sus ojos reflejaban una mezcla de ternura y desesperación. Dio un paso más cerca, sus manos encontraron las mías en un gesto de cercanía que parecía hablar más que las palabras.

-Evelyn, te prometo que haré todo lo posible para protegerte y mantenerte a salvo. Mi mayor deseo es que puedas comprender lo difícil que es para mí no poder decirte todo ahora mismo -dijo con voz temblorosa.

En ese instante, el mundo parecía haberse detenido. La cercanía de Lucas y la sinceridad en su mirada crearon un espacio lleno de emoción cruda. Sin pensarlo, me incliné hacia él, y él hizo lo mismo. Nuestros labios se encontraron en un beso suave y lleno de promesas no dichas.

El beso, aunque inesperado, fue como una chispa que encendió una llama dentro de mí. La calidez y la conexión que sentí en ese momento hicieron que el mundo exterior se desvaneciera. Me abrazó con ternura, y el contacto de sus labios me hizo sentir una mezcla de consuelo y anhelo.

Cuando finalmente nos separamos, ambos respiramos profundamente, nuestras frentes aún tocándose levemente. La tensión entre nosotros había encontrado un nuevo equilibrio, y aunque las preguntas sin respuesta aún persistían, el beso había creado un vínculo más fuerte entre nosotros.

-No importa lo que pase -dijo Lucas en un susurro-. Estoy aquí para ti, y lo estaré siempre.

-Y yo también estaré aquí para ti -respondí, sintiendo una renovada determinación-. A pesar de todo, quiero estar a tu lado.

Mientras el sol se ocultaba por completo y la noche abrazaba el jardín, el beso había sellado una promesa implícita entre nosotros. Aunque el futuro seguía siendo incierto, al menos en ese momento, sabíamos que no estábamos solos en esta lucha.

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