Prólogo

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"Si una línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, una curva forma la búsqueda exacta por el infinito."
«Los amores imposibles son la distancia más corta para alcanzar el infinito y ellas sabían eso. Chiara quería alcanzar el infinito. Violeta quería ser el infinito. Chiara
quería vivir el amor más grande de todos los tiempo. Violeta quería ser el gran amor de todos los tiempos de alguien. Cada una se convirtió en el infinito de la otra.»

Violeta POV

Raabta: Conexión emocional, única y especial que puede existir entre dos almas.

El aire caliente salió de sus pulmones y tocó mi rostro, acariciando mi piel. Nuestros pechos subían y bajaban rítmicamente, casi como un baile de respiraciones pesadas.
Mi cuerpo, encima del de ella, todavía músculos, haciendo que los huecos de mi cuerpo se apretaran aún más dentro de las curvas de su cuerpo. El líquido que corría
entre mis piernas se mezcló con el de ella, revelando un momento de éxtasis que experimentamos juntas.
Abrí los ojos para ver sus mejillas sonrojadas y su cabello revuelto esparcido por la cama. Siempre era una escena encantadora y una que me encargaba siempre de admirar. Mi sexo sensible tocó el de ella y la sentí presionar sus caderas contra las mías, buscando unos momentos más de placer. En respuesta, hice lo mismo. Ella se
mordió el labio inferior, pero cedió al cansancio y dejó salir el aire con fuerza, dejando caer su cuerpo suavemente sobre el colchón.

- Deja de mirarme. —Dijo dulcemente, aún con los ojos cerrados, su voz un poco ronca.
No era ningún secreto que ella siempre sabía lo que estaba haciendo o pensando. Siempre sabía de qué manera interpretar mi mirada, mis movimientos, la ausencia de
mis movimientos, mi silencio... Y tampoco era ningún secreto que me encantaba mirarla. Bajo cualquier circunstancia. La miraba todo el tiempo. No podía dejar de
hacerlo. No quería dejar de hacerlo.
—Imposible. -Susurré.
Era imposible. De todas las formas conocidas; Había tanta imposibilidad en esa acción que la sola mención me aterrorizaba. Dejar de mirarla sería como dejar de comer. La
comida que daba vida a mi existencia era ella y la consumía a través de mis ojos. Dejar de hacer eso me mataría lentamente. Me consumiría de tal manera que en algún momento, no quedaría nada más de mí.

Era tan imposible como nosotras dos allí. No pertenecíamos dentro del universo de las cosas probables. Pero a diferencia de las imposibilidades que existían en las posibilidades de no poder mirarla nunca más, ahí estábamos, viviendo nuestra imposibilidad.

Ahí estábamos, siendo imposibles. "Las cosas imposibles son inalcanzables a través del amor. Y eso es exactamente lo que sentimos. Nosotras somos lo imposible." me dijo una vez.

La mujer mayor, cuyo cuerpo cálido encajaba con el mío, siempre había sido admirable para mí. Sentía ambas cosas por ella: admiración y fascinación. Y, tal vez, esa era la razón por la que la escena anterior me había parecido imposible en algún momento.
Jamás me hubiera imaginado estar con ella, en su cama, entregadas a los placeres del cuerpo, y el alma.
Nunca imaginé que podría siquiera besarla, y mucho menos tenerla en mi cuerpo. Pero en una cosa (además de tantas otras) tenía razón:
"Nosotras éramos lo imposible."

Éramos infinitos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora