Éramos infinitos

Preticor

Preticor: olor a tierra mojada que se produce cuando la lluvia cae sobre la tierra seca

Violeta's POV

- Estimados estudiantes - Comenzó el coordinador. -mbienvenidos a su intercambio de módulos semestrales en la Universidad de Berklee. Hoy, en especial, nuestro cambio de módulo se hará de manera conjunta, ya que tendremos cambios en el cuerpo docente de la institución y por lo tanto, todos los estudiantes deben estar al tanto de estos cambios, especialmente aquellos que son guiados en su trabajo de conclusión, por la docente Chiara Oliver quien será transferida temporalmente a Royal Academy of Music a partir del próximo mes.

"Chiara Oliver que será transferida temporalmente a la Royal Academy of Music a partir del próximo mes." Las palabras del coordinador Williams resonaron en mi cabeza como puñaladas consecutivas en mi cerebro. "Royal... Londres...."

Me desperté a una breve conciencia por el apretón que Denna dio en mi mano y por unos segundos escuché las voces que susurraban suavemente entre los estudiantes, la mayoría de ellos conmocionados por la información que acabábamos de escuchar.

Estaba en un proceso muy lento para poder discernir lo que significaba esa información y un proceso aún más lento para procesar la información en sí misma como parte de la realidad y no como una especie de alucinación sin sentido de mi mente perturbada por alguna razón que no conocía.
Mis ojos se lanzaron hacia el escenario, buscando a Chiara que me miraba de vez en cuando de forma encubierta. La miré el tiempo suficiente para tratar de entender lo que significaba su expresión y todo lo que logré extraer de lo que había detrás de la perfecta postura imponente de la profesora fue algo así como una agonía, cada vez que se permitía mirarme directamente.

- Violeta... sabías que di... - Empezó a preguntar Denna, pero fue interrumpida por Kelly.
-  Por supuesto que no lo sabía, ¿no puedes ver su cara? - Dijo Kelly, sosteniendo mi otra mano.
- ¿Por qué debería saber esto? - La voz de Drew llegó de repente y un leve escalofrío de aprensión subió por mi columna y se unió al malestar que ya sentía en mi estómago, dejando mi impulso de vomitar casi incontrolable.
-  Ammmm... - Kelly y Denna entraron en pánico y no pudieron responder a Drew, quien rápidamente me miró fijamente, con un signo de interrogación en su rostro.
Respiré hondo y lo dejé salir lentamente de mi pecho.
- Te lo diré más tarde, Drew. - Dije simplemente, levantándome de la silla donde estaba sentada. - Necesito salir de aquí. - Declaré, siguiendo al pasillo, teniendo alguna dificultad para pasar junto a Denna, quien estaba sentada a mi lado y era el único obstáculo entre yo y la salida de ese auditorio.

La dificultad no duró más de cinco segundos, porque Denna también se puso de pie, dando la señal de que me acompañaría fuera de allí.
- Kelly, llámame si pasa algo importante y para decirme qué pasará después de que salgamos del auditorio. - Dijo Denna después de que pasé a su lado y caminé hacia la salida, luego me siguió.

Salí normalmente, con la ayuda de la chica a mi lado para abrir la pesada puerta del auditorio. Me concentré en caminar y mantener lo que tenía en el estómago dentro, negándome a dejar que cualquier pensamiento fluyera hacia Chiara.

Quería mantener mi mente inmersa en una nube turbulenta, pero no quería pensar en eso. "El extintor de incendios a mi izquierda. Otro extintor a menos de diez metros. Normas de seguridad. Materiales del semestre. Alguien corriendo fuera del campus. Corredor. Voy a por ello."

Siempre muy dispuesta a respetar mis momentos de absoluta necesidad de silencio, Denna se resignó a caminar a mi lado, sin siquiera cuestionar nuestro destino, lo que me ahorró la necesidad de pensar hacia dónde me dirigía. No estaba yendo a ninguna parte.

"Otro pasillo. Izquierda. Otro. Derecha."
Después de caminar unos minutos por pasillos que ni siquiera sabía que existían, siempre respetando la orden de entrar uno a la izquierda y otro a la derecha, vi una escalera, también desconocida, y me dejé bajar sin ninguna razón que me motivara a hacer eso, mientras lidiaba con el bullicio que no se detenía en mi estómago.
Denna continuó siguiéndome sin decir ni una palabra. Sorprendentemente, cuando llegamos al nivel superior, donde nos llevaban las escaleras, reconocí el piso de nuestras habitaciones. Nunca había sido consciente de esa parte del pasillo o de la escalera misma, porque nunca había ido más allá de la puerta de mi habitación.