¿igual?

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Mis manos se aferraron a sus hombros mientras nuestras respiraciones se entremezclaban. La sensación de estar tan cerca de él era embriagadora, como si cada segundo a su lado aumentara la tensión que ya había entre nosotros. Podía sentir el latido de su corazón contra mi pecho, fuerte y acelerado, como el mío.

Las manos de Cillian recorrieron mi espalda lentamente, enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Sentí cómo sus dedos se deslizaban por mis costados hasta llegar a mis muslos, acariciándolos suavemente, sin prisa. Cada toque suyo encendía un fuego dentro de mí que nunca antes había experimentado.

El vino y la música seguían siendo cómplices de nuestra aventura. La canción había cambiado a una más suave, casi como si acompañara el ritmo de nuestros movimientos. Mi vestido, ya subido, no hacía nada para ocultar la cercanía entre nuestros cuerpos.

—¿Estás segura de esto? —murmuró contra mis labios, su voz ronca y cargada de deseo, pero también de un toque de preocupación.

—Nunca he estado más segura de algo en mi vida —respondí, sin dudarlo un segundo.

La sonrisa que se formó en sus labios fue suficiente para disipar cualquier duda. Volvió a besarme, esta vez con una mezcla de ternura y pasión que me hizo perderme por completo. Sus manos siguieron explorando, memorizando cada rincón de mi piel, y yo me dejé llevar, entregándome completamente a ese momento.

El aire en el auto se volvía cada vez más denso, cargado de nuestros suspiros y del calor que irradiábamos. Mi cuerpo reaccionaba a cada uno de sus toques, cada caricia, y me di cuenta de que estaba dispuesta a seguir hasta el final, sin importar las consecuencias.

—No hay vuelta atrás —dijo, mirándome con seriedad pero también con un brillo en los ojos que demostraba su propio deseo.

—No la quiero —respondí con firmeza, y en ese instante, supe que había tomado una decisión de la que no me arrepentiría.

Sus manos se movieron con más seguridad, deslizándose por mis muslos hasta que sus dedos encontraron el borde de mi ropa interior. Sentí cómo un escalofrío recorría mi columna vertebral, haciendo que mis músculos se tensaran y mi respiración se volviera aún más irregular. La electricidad entre nosotros era palpable, cada toque suyo encendía una chispa que amenazaba con convertirse en una llama.

Nuestros labios se encontraron de nuevo, esta vez con una urgencia renovada. Las manos de Cillian se aventuraron bajo mi vestido, explorando mi piel con una mezcla de firmeza y ternura. Mis dedos, por su parte, encontraron el camino hasta los botones de su camisa, desabrochándolos uno a uno con manos temblorosas, deseando sentir su piel contra la mía.

Finalmente, su camisa quedó abierta y deslicé mis manos por su pecho, sintiendo sus músculos tensarse bajo mi toque. Nuestros ojos se encontraron, y en ese momento, supe que ambos estábamos perdidos en el mismo mar de deseo.

—No puedo creer que esto esté pasando —susurré, mi voz apenas un suspiro contra sus labios.

—Créelo —respondió él, con una sonrisa traviesa que hizo que mi corazón se acelerara aún más—. Porque yo tampoco quiero que esto se detenga.

Con un movimiento ágil, Cillian me levantó ligeramente, ajustando mi posición para que estuviera más cómoda encima de él. Sus manos se movieron con habilidad, deshaciéndose de mi ropa interior con una destreza que solo aumentó mi deseo. La sensación de estar tan cerca de él, de sentir su calor y su fuerza, era casi abrumadora.

Nuestras respiraciones se entremezclaron, creando una sinfonía de suspiros y jadeos. Sentí cómo sus labios trazaban un camino desde mi cuello hasta mi clavícula, dejando un rastro de besos ardientes en su camino. Mis manos se aferraron a su cabello, tirando ligeramente de él, sintiendo la necesidad de tenerlo aún más cerca.

En un movimiento casi instintivo, mis caderas se movieron contra las suyas, buscando más contacto, más fricción. La respuesta de Cillian fue inmediata, sus manos se aferraron a mis caderas, guiándome, marcando el ritmo de nuestros movimientos. Cada vez que nos movíamos juntos, sentía una oleada de placer que me hacía arquear la espalda y cerrar los ojos, perdida en la sensación.

Podía sentir su dureza a través de sus pantalones, presionándose contra mí con una necesidad que igualaba la mía. Con un movimiento rápido, sus manos fueron al cinturón, desabrochándolo con destreza antes de deshacerse de sus pantalones. En ese momento, no había vuelta atrás. Me levantó ligeramente y me posicionó justo encima de él, nuestras respiraciones eran una mezcla de anticipación y deseo puro.

Me guió con suavidad, susurrando palabras de aliento mientras lentamente me deslizaba sobre él. La sensación era abrumadora, una mezcla de dolor y placer que me hizo gemir contra sus labios. Cillian me sostuvo firmemente, dándome tiempo para adaptarme antes de empezar a moverse lentamente, marcando un ritmo que rápidamente se volvió frenético.

Cada embestida era más profunda, más intensa, y mis gemidos llenaban el espacio del auto, mezclándose con sus propios suspiros de placer. Mis manos se aferraron a sus hombros, mis uñas se clavaron en su piel mientras mi cuerpo se movía al compás del suyo. Sentía cómo el calor se acumulaba en mi abdomen, una tensión deliciosa que prometía un final explosivo.

Sus labios encontraron mi cuello nuevamente, mordiendo y succionando, dejando marcas de su paso. Sentía cómo el placer aumentaba con cada movimiento, cada toque suyo, hasta que finalmente, con un grito ahogado, me dejé llevar por la oleada de éxtasis que me inundó por completo.

Cillian me siguió poco después, sus embestidas se volvieron erráticas antes de que se detuviera, enterrado profundamente dentro de mí, ambos jadeando y temblando por la intensidad del momento.

Nos quedamos así por un momento, recuperando el aliento, nuestros cuerpos aún entrelazados. Finalmente, me aparté ligeramente, mirándolo a los ojos, ambos con una sonrisa satisfecha en los labios.

—Esto definitivamente no estaba en mis planes para esta noche —dije, riendo suavemente.

—Los mejores momentos nunca lo están —respondió él, acariciando mi mejilla con ternura.

Y así, en la intimidad de esa noche, supe que nada volvería a ser igual.














Dos capítulos en un día, espero les haya gustado ❤️

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⏰ Última actualización: Aug 01 ⏰

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𝒷𝑒𝑔𝒾𝓃𝓃𝑒𝓇  - 𝒞𝒾𝓁𝓁𝒾𝒶𝓃 𝑀𝓊𝓇𝓅𝒽𝓎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora