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Me quedé callada por unos segundos y justo cuando José iba a decir algo.

-De casa, de mis padres, mi madre es una controladora sabes y a mi padre y hermano les da igual lo que haga.-dije apenas tratando de sonreír.

- Bueno, Caminemos cerca de donde está la tan famosa torre Eiffel, ¿Les parece?.-Propuso Bryan, Uff , gracias, sentía que se me iba a soltar la boca, no dejaría de hablar y terminarían traumados.

Era tardísimo, Bryan nos llevó a un edificio en el que le prestaría un pequeño apartamento de sus padres a José, entre la platica y todo no me había dado cuenta que yo no tenía a donde ir.


-Disculpa Bryan, ¿Habrá un hotel cerca?

-¿Para que quieres un hotel? creí que te quedarías también.-dijo mientras abría la puerta

-Mmmm...no, ni siquiera pensábamos encontrarnos y no quiero causar molestias.- dijo apenada

-Vale , que no molestas, te puedes quedar.-Dijo José mientras entraban al apartamento.

-¿Estás seguro?.-Por favor que diga que si, no tengo tanto dinero.


-Claro que si.- Metía las maletas y me sentí aliviada, aunque también tenía miedo, ese chico aún era un desconocido, pero necesitaba un lugar donde quedarme.

-Bueno, los dejo para que se instalen y descansen, Bonne nuit.

-Merci beaucoup.-dije riendo, ni siquiera sabía la pronunciación correcta.


Cerró la puerta y salió, volteé y lo vi, no me creía que estuviese en el apartamento de un desconocido, con otro desconocido y en París. El apartamento era pequeño, desde la puerta podías ver donde terminaba, una sala con un televisor pequeño, un sofá y una mesita que se detenía con unos libros bajo una de sus patas, un escritorio , una silla y un banco, en la habitación principal y única, había una cama de dos plazas, con ropa de cama en un color azul bebé, una mesita de noche desgastada, una cómoda y un espejo en la pared, tenía un baño completo y el azulejo era en colores chillantes, al lado del baño estaba la cocina, con una pequeña barra, una parrilla eléctrica de 2 quemadores, utensilios de cocina viejos, un frigobar que hacía ruido de cacharro viejo, y un fregadero nuevo, deduje porque se podía oler el silicón con que lo pegaron.

Recorrimos el lugar y yo me senté en el sofá de la salita.

- Hé decidido que puedes quedarte en la habitación, yo dormiré en el sofá.- se sentó junto a mí.

- No me parece justo porqu...-no me dejó terminar.

- Pero saldré muy temprano por la mañana y así no te molestaré.

- Gracias.- Le sonreí a medias y me sonrió, y entonces pensé en que si se iba temprano no vería mi finta al despertar. Y me fui a la habitación, comencé a sacar algunas cosas y vi mi móvil vibrando como loco, era mamá, decidí no contestar hasta tener una buena explicación que darle y dormí.



Sin regreso ® - Jos y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora