Capítulo 7: El Camino del Guerrero

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Días después, Dick Grayson tomó una decisión que cambiaría el rumbo de Ethan. Aunque sabía que Bruce Wayne se opondría a la idea, estaba convencido de que un cambio de ambiente sería crucial para el desarrollo de su joven primo. Con este propósito en mente, Dick decidió engañar a Bruce para organizar un viaje especial a China, donde Ethan recibiría entrenamiento en artes marciales de algunos de los maestros más renombrados del mundo.

Dick elaboró un plan meticuloso para asegurar que el viaje se llevara a cabo sin que Bruce sospechara. Convenció a Bruce de que Ethan necesitaba un descanso en un entorno controlado para recuperarse del estrés reciente. Presentó el viaje como una oportunidad para explorar un programa de enriquecimiento académico en un instituto de prestigio. Bruce, siempre preocupado por el bienestar de Ethan, aceptó sin cuestionar demasiado.

El viaje fue largo y agotador, pero al llegar a un monasterio aislado en las montañas de Wudang, Ethan sintió una mezcla de nerviosismo y emoción. El monasterio, envuelto en un entorno natural majestuoso y sereno, parecía sacado de un cuento de hadas. Las montañas que rodeaban el lugar eran como guardianes silenciosos, y el aire fresco y puro ofrecía una paz inigualable.

Dick presentó a Ethan al Maestro Li, un hombre de avanzada edad, pero con una energía y fuerza que desmentían su apariencia. Li aceptó a Ethan como discípulo, y así comenzó un entrenamiento que desafiaría todos sus límites. Cada jornada comenzaba al amanecer con ejercicios de respiración y meditación, durante los cuales Maestro Li enfatizaba la importancia del equilibrio entre cuerpo y mente. "El verdadero poder viene del control interno," decía mientras Ethan intentaba imitar sus movimientos suaves y precisos.

Después de las sesiones de meditación, el entrenamiento físico tomaba el relevo. Dick y Ethan practicaban movimientos de Wushu y Tai Chi, aprendiendo a combinar la fuerza con la gracia. Las artes marciales se presentaban no solo como una cuestión de poder, sino como una danza de armonía y fluidez.

Un día, durante una sesión particularmente intensa, Ethan se enfrentó a sus propios límites. Los ejercicios se volvían cada vez más difíciles, y las expectativas de Maestro Li se volvían más altas. Con una mirada serena pero exigente, Li observaba a Ethan con atención.

En un momento de agotamiento extremo, Ethan cayó al suelo, jadeando. Dick se acercó rápidamente y lo ayudó a levantarse.

"Ethan, esto no se trata solo de fuerza física. Es un viaje para descubrir quién eres realmente," dijo Dick, enfatizando la importancia del espíritu y la determinación por encima de la simple habilidad física.

Con la determinación ardiendo en su interior, Ethan se levantó y continuó. Cada día en el monasterio era una prueba, no solo de su habilidad física, sino también de su fortaleza mental y emocional. Aprendió a usar su entorno, a moverse con sigilo y precisión, y a enfrentar sus miedos más profundos.

Durante su estancia en China, Ethan comenzó a comprender que ser un héroe no se trataba solo de luchar contra los villanos, sino también de enfrentarse a uno mismo y superar sus propias limitaciones. Con cada paso que daba, cada caída y cada levantada, se acercaba más a su verdadero destino.

Al final de su entrenamiento, Maestro Li lo miró con aprobación. "Has recorrido un largo camino, joven Wayne. Recuerda siempre que el verdadero enemigo está dentro de ti. Si puedes vencerlo, no habrá desafío que no puedas superar."

De regreso en Gotham, Ethan se sentía transformado. La ciudad le parecía más oscura y desafiante, pero también sentía que había adquirido una nueva claridad y propósito. Mientras caminaba por las calles, aún procesando sus recientes aprendizajes, se tropezó con una figura que le resultaba inquietantemente familiar.

Era Robert Callaghan, un brillante profesor que Ethan había admirado en su juventud. Aunque Ethan conocía a Callaghan a través de sus publicaciones y conferencias, el profesor no lo conocía personalmente. Callaghan, con una apariencia distinta a la que Ethan recordaba, estaba en medio de una conversación telefónica. Al notar la presencia de Ethan, se detuvo y colgó el teléfono.

Ethan, emocionado por encontrar a alguien que había sido una inspiración para él, se acercó con cautela. "Disculpe, Profesor Callaghan, soy Ethan Wayne. Siempre he admirado su trabajo y sus investigaciones. Es un honor conocerlo en persona."

Callaghan, un poco sorprendido pero manteniendo su compostura, sonrió con cortesía. "Un placer conocerte, Ethan. Me alegra saber que has seguido mi trabajo."

Ethan, intrigado y con la esperanza de aprender más sobre su ídolo, preguntó con entusiasmo, "¿Qué lo trae a Gotham? ¿Está trabajando en algún proyecto interesante aquí?"

Callaghan, sin mostrar ninguna señal de inquietud, respondió con una sonrisa controlada. "Estoy en la ciudad por algunos proyectos y, además, para continuar con mis investigaciones. Gotham tiene un entorno único que ofrece oportunidades interesantes para mi trabajo."

Ethan, fascinado por la posibilidad de conocer más sobre el trabajo del profesor, aceptó la invitación de Callaghan para tomar algo. Ambos se dirigieron a una hamburguesería local, un lugar acogedor y popular entre los residentes de Gotham.

Mientras se sentaban en una mesa, Callaghan comenzó a hablar sobre sus investigaciones y proyectos con una pasión que aún impresionaba a Ethan. La conversación fluía naturalmente, con Callaghan compartiendo detalles sobre sus estudios y sus ideas sobre el futuro de la tecnología.

A pesar de que Ethan notó una leve inquietud en la forma en que Callaghan hablaba sobre sus proyectos, decidió ignorar esa sensación. El encuentro era demasiado emocionante para dejar que pequeñas dudas lo afectaran. Ethan se concentró en la conversación, disfrutando de la oportunidad de hablar con alguien a quien había admirado durante tanto tiempo.

Al final de la comida, Callaghan se despidió cordialmente. "Ha sido un placer conocerte, Ethan. Espero que podamos hablar más en el futuro. Cuídate."

Sin que Ethan lo supiera, la aparente normalidad del encuentro ocultaba una amenaza mayor. Mientras él regresaba a casa, la conversación con Callaghan parecía simplemente una fascinante charla con un ídolo. Sin embargo, la realidad era que el profesor tenía planes oscuros y peligrosos. Ethan se preparaba para enfrentar los desafíos que estaban por venir, decidido a proteger su ciudad.

En la escuela, un giro inesperado y emocionante lo aguardaba. Una figura misteriosa, cuya presencia prometía cambiar su vida de maneras que aún no podía imaginar, se estaba acercando. Este encuentro no solo sería significativo, sino crucial para el destino de Ethan. 

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"Sombras de Gotham: El Legado de los WayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora