One Shots/Obagiyuu |KNY

Por segunda vez 2/2

Parte 2 del one shot "Por segunda vez"

Au: Moderno|| M-Preg

Advertencia: Palabras obcenas, mención de prostitución y posible adicción. Así como de consumo de drogas.

Contenido: Romance

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Miraba al techo de forma distraída mientras su mente era inundada por los pensamientos de aquél hombre, que ciertamente creyó que seguiría insistiendo pero no lo hizo. Después de aquél día en que lo hechó de su casa no volvió a saber más de él, y así estaba bien.

O eso era lo que quería creer, amaba a aquél imbécil que lo engañó e intentó atarlo a él. Pero él no caería otra vez en el mismo truco, permanecerá firme ante todo a partir de ahora por su bebé, el necesitaba a alguien estable que lo cuidase algo de lo que él carecía tanto de manera económica como mental pues ha tenido ya varios ataques de ira a causa de lo sucedido.

Él siempre lo llevaba a todos lados, sonaba tan sincero en sus palabras a pesar de que fuesen pocas, sus gestos eran algo que tenía grabado s tinta en su cerebro sutiles pero que demostraban la bondad y el "amor" que él profesaba sentir.

¿Amor?

Oh, era un tonto. Él inmediatamente lo asumió como amor, trasnformando sus te quiero o te adoro en algo totalmente erróneo y mucho más profundo de lo que en verdad eran. Nunca dijo "te amo" jamás lo escucho salir de su boca pero sus oidos sordos por aquellos nunca te dejaré, eres todo para mí, siempre los cuidaré, su vista nublada por aquellos ojos de diferente color que le miraban buscando hacerli enrojecer le distrayeron de aquella venda que Obanai le ponía sin que se diera cuenta.

Su razonamiento nublado por besos cargados de deseo y lujuria como si fuese el mismo pecado, y él un tonto pecador que no hace más que caer y callar y claro que su cuerpo ardiendo por aquellas manos que lo tocaban de arriba abajo buscando su calidez, su lengua, como la víbora que era pasando de un lado a otro con lascivia  buscando placer mientras entraba en él proclamandolo suyo, haciendole gemir su nombre con su corazón no lo dejaban ver.

Tenía una mujer con la cuál se había separado, cuando se conocieron estaban en proceso de divorcio pero jamás creyó que él volvería con aquella noticia luego de tantas noches. Se coló en sus piernas, en su casa, en su vida y la de su hijo y como no, en su corazón.

Era un sinvergüenza y ahora se daba cuenta, no tenía tantas diferencias con Sanemi después de todo.

Suspiró mirando por sobre su hombro a aquél hombre que yacía tumbado en la cama sin nada que cubriera su desnudes. Y eso que poco le importaba a él, ya le pagaron, muy bien por cierto por lo que ya era hora de irse.

Pero como siempre, luego de cada follada él se desvanecía recordando a Obanai, cada rasgo, imperfección y virtud de él ¿Qué cuál era su virtud? Lo audaz que era para hacerlo caer a sus pies. La honestidad que tenía para decirle como si nada que volvería con su mujer, como si él no fuese nada, aunque ciertamente no lo eran nunca aclaró su relación con él y su cinismo para decirle que jamás lo abandonaría aún con eso, y lo que él interpreto que sería segundo plato o su desestresante.

Se levantó, sintiendo como por sus piernas corría en hilos finos y viscosos aquél líquido blanquecino. Eso era algo que pocas veces le permitía a los hombres hacer puesto que era un doncel y corría riesgo de embarazo pero esta vez se daría el lujo puesto que por aquello cobraba más.

Por alguna razón se sentían más potentes si eyaculaban adentro, algo verdaderamente ridículo pero algo a lo que él le sacaba provecho.

Su ceño se arrugó mostrando desagrado para luego caminar hacia el baño y limpiarse de forma suoerficial para poder irse rápidamente. En su casa terminaría aquello, era algo a lo que estaba adaptado.