Maldito Kuroo~

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Después de una semana, el médico dijo que podía volver a casa. "Tranquilízate", me dijo. La segunda semana fue cuando decidimos volver a casa.

Si no estuviera embarazada, me habría lanzado al voleibol.

Iwaizumi y yo hemos estado distantes durante estos dos años. La conversación todavía resuena en mis oídos.

Hace tres días

"Voy a volver a Japón. No soporto estar aquí". Le dije: "Oh. Um... vale... volveré en dos meses", dijo Iwaizumi con tristeza.

"Está bien", le dije y me mordí el labio antes de continuar, "Um... cuando regreses... cuando puedas... tenemos que discutir la custodia".

Todo lo que hizo fue asentir: "Lo haré".

"No, eh... no me busques a menos que sea por razones del niño". Dije: "¿Qué?", ​​preguntó.

—Por favor, no lo hagas. No creo que sea capaz de mirarte y no... Ya sabes... —Me detengo cuando se cruza de brazos.

—¿M-Me culpas por el aborto? —pregunta Iwaizumi dolido, evito su mirada... en verdad lo hago, porque si no culpo a alguien me culparé a mí mismo, y no quiero eso.

Se ríe con frialdad. "Está bien. Ya tengo mi respuesta. En dos meses hablaremos sobre la custodia. Y no te preocupes, ni siquiera te llamaré ni te enviaré mensajes a menos que se trate de mi hijo".

Parpadeo para contener las lágrimas y salgo con la maleta en la mano.

En la actualidad

Acabamos de llegar a Japón.

Estoy de vuelta en casa con Miwa.

Estoy en mi habitacion.

Estamos en el quinto mes de este embarazo.

He ido a las citas yo solo.

Solo le envío a Iwaizumi fotos de la ecografía y él me responde: "Gracias". O no me responde en absoluto y me deja en visto.

Me siento vacío ahora.

Todos mis amigos me dejaron en paz porque así lo pedí y no querían agobiarme, pero me controlan cada dos días.

Se forman lágrimas en mis ojos, extraño a Iwaizumi.

6 meses de embarazo

"¡Iwaizumi va a volver!", grita Hinata. "Sí". Me encojo de hombros.

—Tú... Kageyama... Sé la verdadera razón por la que nos fuimos antes. Y tienes que disculparte —dice Akaashi.

"¿Qué?", ​​pregunto, "En serio, Kags, no somos tontos. Además, Iwaizumi siempre nos enviaba mensajes de texto para preguntarnos cómo estaban TÚ Y EL BEBÉ", me dice Tsukishima.

—Está bien... sólo pregunta para asegurarse de que el bebé está bien y que no estoy siendo descuidada como lo fui en Argentina —respondo, ignorando la esperanza en mi corazón.

—¡Kageyama Tobio! Deberías disculparte con él. Él se preocupó por ti en Argentina. Te respetó cuando decidiste cortar lazos con él. No te estoy diciendo que salgas con él y te cases con él. Solo te estoy diciendo que te disculpes. El aborto espontáneo no solo te lastimó a ti, sino también a él. ¿Sabes cuánto lloró y se culpó a sí mismo esa noche? Era un desastre, y cuando de repente decidiste dejarlo para que sufriera solo. Te amo tanto, pero lo culpaste por el aborto espontáneo. No es culpa de ninguno de ustedes. —Dijo Sugawara, lo miré fijamente.

-Yo no le pedí que me cuidara- les digo.

Kuroo gruñe: "Como son tus mejores amigos, yo asumiré la culpa", dice antes de ponerse de pie.

"MADURA DE UNA VEZ, TOBIO. SI SOLO VAS A JUGAR AL JUEGO DE LA CULPA, ENTONCES EL NIÑO DEBERÍA SER ENTREGADO A IWAIZUMI. AMBOS PERDISTE UN NIÑO, NO SOLO TÚ Y NO SOLO ÉL. AMBOS SON RESPONSABLES DEL NIÑO, ASÍ QUE NO SE MALDITEN EL UNO AL OTRO. TE ROMPIÓ EL CORAZÓN HACE AÑOS, SUPÉRLO. LO CULPARÁS PORQUE TE LASTIMÓ EN EL PASADO. ESTA BATALLA POR LA CUSTODIA QUE TENDRÁS PORQUE ELEGISTE HUIR SERÁ DIFÍCIL. ¿POR QUÉ? PORQUE OTRA VEZ HUISTE. LA PÉRDIDA DEL NIÑO NO ES SU CULPA, NI LA ​​TUYA. PERO SI ESTE QUE ESTÁ VIVO VA A IWAIZUMI, ESA ES TU CUESTIÓN. POR FAVOR, KAGEYAMA, AHORA AMBOS ESTÁN EN ADULTOS, ACTÚEN Y TOMEN DECISIONES COMO ADULTOS", gritó Kuroo.

-¡Kuroo!-gritaron todos.

"Mira Tobio, no quería gritar. Pero por favor, Iwaizumi decidió estar contigo durante esto y tú lo alejaste. Tienes miedo de que te lastimen, lo entiendo. Pero solo por eso, culparlo por la muerte de su hijo es infantil. Pasaron dos meses, el bebé necesita estar cerca de su padre para que creen un vínculo. Ambos se gustan claramente, hablen de ello. La comunicación resolverá esto". Kuroo suspira.

Me levanto y camino hacia él.

—Dame una bofetada si quieres —susurra Kuroo y yo lo abrazo.

Lagrimas cayendo "Gracias. Lo necesitaba", le digo.

"Te tengo, muchacho", dice devolviéndole el abrazo.

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