Toda la noche~

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Como nos vamos mañana, decidimos quedarnos en un hotel la primera noche.

Cuando entramos en la habitación, Hajime cerró la puerta de golpe y me empujó contra la pared.

—¿No tienes prisa? —le pregunto—. Te deseo —susurra.

Hajime estrella sus labios contra los míos y gimo.

Me levanta y me arroja suavemente sobre la cama. Se desabrocha los pantalones y yo sonrío.

Lo detengo. "¿Qué-?"

Me pongo de rodillas.

"E-espera" dijo Hajime, me doy cuenta de que no sé lo que estoy haciendo.

Empecé a masturbarlo lentamente, se mordió el labio. Está bien...

Trago saliva antes de envolver mi boca alrededor de su polla.

Se me forman lágrimas en los ojos, lo saco de la boca.

Si lo hubiera tenido más tiempo me habría atragantado.

Comienzo a lamerlo y acariciarlo ganándome suaves gemidos, así que supongo que lo estoy haciendo bien, ¿no?

Lo pongo de nuevo en mi boca y empiezo a intentar chupárselo.

Finalmente, me agarra del pelo y me penetra. Entro en pánico por un segundo y, después de más embestidas, me empieza a doler la mandíbula.

—Esa fue tu primera vez haciendo eso, ¿no? —preguntó Hajime, las lágrimas comenzaron a caer.

—Lo siento —susurro, él acaricia mi mejilla.

—No tienes por qué disculparte. Sube a la cama —dice y yo asiento.

Me besa una vez más, me tira del labio haciéndome gemir. Hajime deja besos húmedos por mi cuello, comienza a quitarme la ropa. Desabrocho su camisa y se la quito.

Empezó a dejarme chupetones por todo el cuerpo.

—Tobio, ¿quieres ir con todo esta noche? —pregunta Hajime. —S-sí —gimo.

Sigue lamiendo mis pezones. Mete un dedo en mí, jadeo.

Él lo saca y me dice: "Cariño, necesito el lubricante". Susurra y se baja de mí.

Una vez que regresa comienza a besarme.

"¿Con condón o no?", pregunta Hajime, "Sin condón", respondo.

Él asintió y se puso un poco de lubricante en la mano. Y comenzó a estirarme. Gimí suavemente: "Te quiero dentro de mí ahora".

—Cariño, tienes que esperar. Te haré daño si entro así —me dice y yo asiento.

Después de un poco más de preparación, se alinea en mi entrada.

"¿Seguro que no llevas condón?"

Suspiro y levanto mis caderas, gimiendo fuerte mientras él entra.

El punto de vista de Hajime 😗

Tobio levanta las caderas y me obliga a entrar en él. Un fuerte gemido se escapa de su boca. Casi me corro en ese momento. Eso hubiera sido vergonzoso.

Empiezo a penetrarlo lentamente, solo para provocarlo. Tobio gime: "H-Hajime, más rápido", suplica.

—Está bien, pero no puedes correrte —le digo—. ¡Espera! —grita mientras empiezo a acelerar.

Tobio me envuelve con sus piernas, bastante seguro de que nuestros gemidos podrían escucharse en todo el mundo.

—¡Joder! ¡Más fuerte! —suplica Tobio. Hago lo que él quiere.

Siento las uñas de Tobio recorriendo mi espalda.

Me inclino y lo beso con fuerza. Introduzco mi lengua en su boca, lo que le hace gemir más. Cuando siento que Tobio se aprieta a mi alrededor, me aparto y él gime.

"Date la vuelta", le susurro, y él hace lo que le digo.

No le doy ni un segundo para respirar, lo embisto con más fuerza.

"¡¡Hajime!!"

Agarro su brazo y lo levanto.

Comienzo a dejarle más chupetones y comienzo a acariciarle los pezones.

Sus gemidos se hacen más fuertes.

Dejo de jugar con sus pezones y agarro sus caderas. Lo aprieto contra mí y ambos gemimos de placer.

"Ha-Hajime, por favor déjame", rogó Tobio, "Déjame pensarlo", le dije.

Se le forman lágrimas en los ojos mientras intenta contenerlas.

Empujé una vez más y él se vino abajo. Yo me corrí poco después.

Después de unos minutos de descanso volvemos a empezar.

Su cuerpo cubierto de mordiscos de amor.

Empujo dentro de él otra vez. Él agarra las sábanas con fuerza.

Lo giré una vez más, dejándolo frente a mí. Hundí mis dientes en su hombro y seguí haciéndolo alrededor de su cuerpo.

Mientras lo follaba fuerte él seguía rascándome la espalda.

Le agarré las muñecas y las sujeté por encima de él. Él gimió y me rogó que le soltara las manos.

Una vez que lo hice, los solté a un lado de su cabeza. Puse mis manos sobre las suyas y las apreté.

El resto de la noche hicimos el amor.

DescuidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora