Sólo mis ojos, cariño

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—¡Tobio! ¡Despierta! ¡Tenemos escuela! —grita alguien, yo gruño y lo ignoro.

—¡Kageyama! ¡Prepárate! —Abro los ojos lentamente—. Déjame en paz, Hinata.

—¡No! ¡Vamos! —grita, yo me quejo y corro pisando fuerte hacia el baño.

No pude dormir anoche, Haru lloraba sin parar, ninguno de los dos podíamos dejar de llorar.

A Haru le están saliendo los dientes nuevamente y el médico dijo que era normal. Solo tuve que esperar hasta que le crecieran todos los dientes.

Salgo de la ducha y veo a Iwaizumi haciendo la cama.

—Hola —le abrazo—. Hinata llegó a las 7 de la mañana. Aunque tus clases empiezan a las 9 —dice Hajime.

"Oh, Dios mío... ¿Qué hora es?", pregunto. "Las 8:05". Responde.

"Es demasiado temprano", me quejo, "¡Y hace demasiado frío! ¡Ponte unos pantalones, Kageyama!", grita Hinata entrando en nuestra habitación, agarrando algo y saliendo.

Suspiro. "No sé qué ponerme". Gimo por centésima vez esta mañana.

—Ay, Tobio. Ven aquí —dice Hajime y me levanta.

—Bájame, que peso mucho —le digo—. No, no pesas. Se ríe y me tira sobre la cama.

—Nos queda aproximadamente una hora —susurra Hajime—. ¿Hajime? ¿Estás tratando de seducirme? —pregunto.

"No sé ¿está funcionando?"

Me río "tal vez".

Se oyó un fuerte estruendo.

Iwaizumi salió corriendo de la habitación y mientras me ponía la ropa lo seguí.

"Eh, sí. Alguien está golpeando la puerta", dice Hinata y abro la puerta.

"¡Tú tampoco!", me quejo, "¡Uh... grosero!", dice Oikawa.

"¡Sí, qué grosero!" repite Sugawara antes de besarme la mejilla, seguido por todos los demás.

—¿Qué están haciendo todos ustedes aquí? —pregunto—. Estamos aquí para robarles a Haru y arrastrar a Hinata con nosotros. Para que tengan algo de tiempo libre. Akaashi guiña el ojo.

—Tenemos clases, sin embargo —afirma Hinata—. ¿Y? Es el primer día, puedes faltar —dice Oikawa.

"P-Pero.

—Sin peros. Vámonos —le dice Kenma a Hinata y ella obedece.

"Espera. Haru se ha vuelto muy quisquilloso últimamente y no quiere que ninguno de ustedes lo cargue". Digo: "Oye, Kageyama, lo entiendo, no te preocupes", asegura Sakusa.

"Está bien, gracias. Ah, asegúrate de que coma a tiempo y tome sus siestas. Cuando empieza a estar inquieto y se toca la cara, significa que está cansado. Pero cuando no lo hace, tiene hambre o tiene el pañal lleno". Les hice saber.

"¡Lo conseguimos! ¡Adiós!", gritan todos y se van.

Suspiro "Adiós."

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