epílogo (p.2)

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Este es el mejor futuro. Este, es el mejor futuro. Es este el mejor futuro... ¿No es así?

Kisaki Tetta había pensado mucho en ello: el futuro. De pequeño, cuando cuando lo único que hacía era estudiar o mirar la televisión, Kisaki pensaba en volver al futuro. Específicamente en viajar en el tiempo. En ese momento, aquello era una tontería, un pasatiempo que cualquier niño usaba como excusa para no pensar en la realidad. O, por lo menos, eso era lo que él hacía. Pero entonces creció, y el futuro se convirtió en algo más complejo.

De repente, aquella imaginación pasó a ser un torbellino... un viento, una tela de una textura tan fina que al chocar contra él lo único que hacía era atravesarle la piel, formando pequeñas heridas que era imposible ignorar, pero que tampoco era fácil de sanar. 

Entonces, él se convirtió en el futuro, porque eso hace una persona al crecer, ¿cierto?

No. La respuesta era eso, no. Aun si creía que era el final, todavía debía levantarse en la mañana para intentar no ser humillado. Lo cual es imposible si lo único que tu escuela conoce acerca de tu persona es que sabes matemática avanzada con trece años.

Ahí fue cuando el futuro quedó en lista de espera.

Todos sabemos qué ocurrió luego.

Todos sabemos que aquel agujero negro llamado futuro se convirtió en un juego para él, y que, el presente pasó a ser lo más importante. Si Kisaki Tetta no planeaba, era porque ejecutaba.

De repente, él mismo se convirtió en futuro. Su mente viajó en el tiempo. Sus planes eran la curva que mantenían las pesadillas de Takemichi dentro de su cabeza y frente a esos enormes ojos ansiosos. Era perfecto. Lo era.

Entonces murió.

Eso no estaba dentro de las posibilidades. No era el escenario que soñó por tanto tiempo, aquél que hacía sonar las campanas que proclamaban una unión romántica o el mismo que lo volvía el rey de Tokio, a diferencia de Takemichi que debería convertirse en un inútil.

Kisaki Tetta murió.

Luego, revivió.

No volvió a morir desde entonces, porque todo esto fue una enorme metáfora sin sentido para decir que Kisaki Tetta tuvo una epifanía.

...

"Este es el mejor futuro, ¿cierto?" aquella frase había sido una ironía.

Ahí estaba Mikey, de nuevo, pensando en la última vez que había visto a Takemichi; cuando él lo había intentado invitar a su boda antes de casi morir. Por supuesto que lo recordaba. Hanma Shuji no era el único que podía viajar en el tiempo. No. Su propio hermano era capaz de hacerlo, además de Takemichi, el hermano de la esposa de Takemichi y Sanzu Haruchiyo.

Si habían otras personas que podían hacerlo, Mikey no las conocía. Y no le interesaba hacerlo. Porque todo lo que aprendió acerca de viajar en el tiempo había sido en contra de su voluntad, por culpa de Kisaki Tetta.

El tiempo es una curva frágil.

Lo es tanto que la misma persona que morirá podría ser capaz de luego crear un concepto impensable que hará que, tal vez, él nunca haya muerto en primer lugar. Pero es difícil pensar en ello, Mikey lo sabía muy bien. Él mismo había elegido no aprender nada acerca de funciones lineales en la escuela, ¿cómo podría entender el hecho de que una variable tan común como lo es el tiempo pueda ser una curva de múltiples variables en su lugar?

No. Imposible. Por esa razón, optó por compararlo con la película que mejor lo explicaba: Efecto Mariposa. Aunque para él era mas difícil recordar el título de la película antes que imaginar gráficos de curvas tridimensionales.

El dios de la muerte y un perro (hanma x sanzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora