—— aghh... Que dolor... —— gruñó al sentir un punzante dolor atravesar por su sien, y a la vez extenderse por sus ojos y cabeza. —— es como si tuviera una jaqueca... O como si me hubieran arrojado sin cuidado en el suelo...
Habló mientras abría lentamente sus párpados, frunció el ceño confundida y parpadeó un poco, no veía nada, todo estaba oscuro.
Tocó su rostro, hasta llegar a sus ojos, no estaban cubiertos. Jadeó de miedo al pensar lo peor, aquella reacción la hizo dar un pequeño brinco, provocando que su cuerpo sacudiera a dos pesos más que aprisionaban sus hombros. En consecuencia ambos bultos chocaron al momento de resbalarse por su pecho.
—— Mmgh... Dejen dormir. —— respondió uno de esos bultos, abrazando el brazo de la chica para estar más cómoda. Esa voz la conocía.
—— ¿Saori? ¿Saori eres tú?
—— Aghh... Después te pago, ikki, sólo déjame dormí...
—— saori...
—— cinco minutos más. —— comentó la misma voz, adivinó que estaba a punto de dormir de nuevo.
—— ¡Saori!
—— ¡ya estoy viva...! —— tal grito la hizo saltar, pero paró sus palabras al ver a su alrededor, igual... Nada. —— ¡Ahhh! ¡Estoy ciega!
Y aunque no lograba verla, apostaria que la japonesa tronó ambas palmas en su rostro, era obvio, porque se escuchó ambas manos golpear sus mejillas.
Un bostezo, acompañado de una voz grave, las hizo callarse y prestar atención.
—— no hagan ruido... Quiero dormir.
Saori tanteó el lugar, pasando sus delicadas manos en lo que podía tocar, sintió a Merida a su par, y luego siguió recorriendo sus manos más allá, hasta tocar otra cabellera diferente a la de la escosesa. Al confirmar de quien se trataba, no lo dudó y le dio una cachetada, provocando que el otro reaccionara saltando de su asiento.
—— ¡Hyoga! ¡Hyoga, pon atención! —— reclamó al embobado chico. —— ¡estoy ciega!
—— ¡no eres la única, yo también lo estoy! —— respondió igual de desesperada la pelirroja.
—— esperen. —— hyoga fue parpadeando y enfocando su vista en algo. Abrió en grande los ojos al confirmarlo. —— ¡yo también estoy ciego!
—— ¡¡¡AHHHH!!! —— gritaron los tres, abrazandose con fuerza con los ojos bien abiertos y jadeaban de la impresión. —— ¡¿Dónde está shun?!
—— es cierto. ¡¡Shun!! ¡¿Dónde estas, bebé?!
—— ¡amorcito, regresa!
—— ¡¡¡AHHHH!!! —— volvieron a gritar, lloriqueando al pensar que era el fin de su existencia. —— ¡Nos secuestraron! ¡Es nuestro fin!
—— aggh... Silencio...
—— ¿podrían callar a esas gatas en celo?
—— hagan silencio y dejen descansar, por Dios...
—— tengo jaqueca... No hagan ruido...
A cada frase, la oreja del trío se movia de un lado a otro, en donde sentian que era le lugar correcto de las otras voces.
—— ¿quiénes son ustedes? —— preguntaron temerosos. —— ¿es que acaso son nuestros secuestradores?
Varios bostezos y quejas más se hicieron escuchar, al parecer no eran los únicos en aquel extraño lugar, y no sabían muy bien quienes eran, debido a que estaban "ciegos", no podían defenderse si llegaran a atacarlos.
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¡Cuidarlo fue TU idea!
RandomSaori tuvo curiosidad de su poder como diosa, después de poder revivir a todos sus caballeros, sin excepción alguna, la intriga de saber y aprender más la llevaron a ciertas circunstancias. Zeus le dio un "pequeño" reto por andar de necia a experime...