¡¿Entonces Quién Fue?!

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Por andar de parranda la diosa de la sabiduría estaba que se arrancaba los pelos de la desesperación, había arribado a México pero ni siquiera se le había asomado por la cabeza la búsqueda de su padre.

Y ahora que apenas y se recordó, no tenía ni idea por donde encontrarlo, para su desgracia la libreta, en donde había escrito todo lo que Hades la había dicho, no estaba en su maleta, y tampoco la mayoría de sus cosas.

Sus cosas lo había enviado por un taxi aparte, y ahora que hacía memoria, ni siquiera habían llegado al hotel, al parecer le habían robado... ¡Su dinero estaba en ellos!

Lo único que le quedaba, era su plan inicial.

La habitación estaba a oscuras, llena de trofeos, medallas y coronas de laurel, además de varias velas y un enorme altar con una gran pintura. Y saori... Saori no sabía ni donde meter la cara por lo que estaba apunto de hacer.

— por el bien de mi reputación... Debo de hacerlo... Muy bien. ¡Ahora! — saori estaba vestida de una forma algo... ¿Peculiar? ¿Chistosa? ¿Peor que la llorona? No sabría decirlo. Traía puesto un vestido corto y ligero color dorado, con una corona de laurel (algo exagerada y mal echa), vaaaarias medallas rodeando su cuello y dos enormes trofeos en ambas manos, (¿dónde los consiguió? Ni idea) en sus pantorrilla también habían brazaletes de laurel y estaba descalza. Vestida de esa forma procedió a hacer cincuenta sentadillas en menos de tres minutos. — ¡Hecho esta! ¡Victoria! ¡Victoria! ¡Nike! ¡Nike! ¡Nikeeeee!!!! ¡Victoria!

Al terminar gritó y comenzó a saltar en círculos, como una danza algo chistosa, agitando las manos con los trofeos como loca por toda la habitación.

Así siguió por una buena hora, o talvez dos, pero la cosa era que no consiguió nada y sólo se tiró al suelo rendida.

— ¡Aghhh! ¡¿Por qué?! ¡Sólo a mí se me ocurre hacer un ritual en vez de comunicarme con mi cosmos! — estaba de espaldas, y era claro que no veía como las velas se agitaban con violencia, y que la gran pintura lanzaba pequeños destellos. — ¡AAH! ¡Recuerda saori que perdiste tu cosmos por esta absurda apuesta! ¡AAH! ¡Pues gracias por recordármelo saori! — mientras se reprochaba así misma, el destello había tomado intensidad hasta fusionarse en una sola, formando así a una muchacha quien veía confundida a su alrededor, y más al ver a la pelilila de espaldas... Y al parecer hablando con si misma. — ¡¿Cómo siquiera entró por mi cabeza el poder invocar a Nike?!
¡No lo sé, ral vez porque querías demostrar ser la más poderosa de todas.

— amm disculpa

— ¡AAH! Pero no sólo eso, querias, querías demostrar ser mejor que Artemisa ¡si!

— ammm oye... — nuevamente ignorada.

— ¿y que más quería? ¡Ah! Si ¡hundir a mi tío Hades en lo más profundo de su propio reino! ¡Definitivamente estoy loca!

— si, pienso lo mismo...

— ¡hahaha! ¡Voy a morir tan joven a manos de ikki por no devolver a la normalidad a su hermano! ¡HAHAHAHA!

— Ashh ¡ya callate!

— ¡Ahhh! — saori, literalmente, saltó del susto, pero al ver a la chica la esperanza creció, más se fue al mismo segundo al verla de pies a cabeza. — ¡Nooo! ¡Es sólo su recipiente! ¡¿Para qué demonios me va a servir su recipiente si ella no ha despertado?!

La otra no sabía si sentirse ofendida o más confundida. — ¿hola? Disculpa pero ¿en dónde estoy?

¿Ahora que haré? — ammm no es de gran importancia, sólo que.... Ammm... ¡Me equivoque de persona! ¡No eras tú a la que quería aquí!

¡Cuidarlo fue TU idea! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora