[Jakehoon]
La sociedad solía ser muy. . .preferente en cuanto a parejas, y él había sido criado desde muy pequeño para siempre pensar en lo que "los demás pensarian" antes que en sus propios deseos, siempre complacer a todos antes que a si mismo, y...
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Observo su pan con mantequilla y taza de café antes de sentir su estómago revolverse, una sensación de asco se instalo en su garganta, pero la mirada de su padre de reojo obligando a que tomara su desayuno, lo hizo dar la primer mordida, seguido de un sorbo al amargo líquido. Observo la hora en el reloj de pared, había despertado tan temprano ese día que aún había una hora libre para llegar a la universidad.
El alfa con el periódico en manos carraspeo bebiendo de igual manera, café amargo, su madre, una omega de cabello largo atado en un moño se paseaba por la cocina arreglando el almuerzo para su padre, Sunghoon la observo, sus facciones finas eran similares a las suyas, y su cabello negro era como el del alfa, era lo único que compartía con sus progenitores.
- Nos vemos mas tarde - Anuncio tomando su mochila y caminando el dirección a la salida.
- Te llevo - Dicto el mayor.
- no te preocupes, quede con Sunoo de ir en autobús
- Sunoo es buen chico, y un gran omega, como alfa deberías de comenzar a verlo no como tu amigo, eres un alfa Sunghoon, y eso deberías hacer. - Sunghoon salio tan rápido de casa que ni si quiera se molesto en responder el mismo cuento de siempre, encontrándose con su amigo camino a su dirección, sonrió en forma de saludo.
La familia Park había vivido los primeros años de vida su único hijo en la ciudad, cerca del centro pero no tanto para ser fastidioso, cuando la presentacion de su hijo llegó a sus cortos siete años, huyeron al saber que su destinado no era nada más y nada menos, que otro alfa, el terror y asco los consumió por dentro, tanto que dejaron todo atrás para mudarse con sus suegros, a la ciudad vecina.
Crearon una nueva vida ahí, donde ambos se encargaron de que su hijo olvidara por completo al castaño de pecas, lo criaron como un alfa, uno que debía ser fuerte, imponer respeto donde pisará, porque para eso era uno.
Cuando el pequeño pelinegro llegó a una nueva escuela, todos lo rechazaron por su aroma.
"¿Un alfa?, que aroma tan dulce y molesta para ser uno" "Tal vez es un omega que se cree alfa, sus facciones son tan finas que no me cabe duda"
Todo siempre era lo mismo, es su adolescencia solía ser pequeño y débil, nadie lo tomaba como tal y menospreciaban, todos siempre le afirmaban que debió ser un omega, una estupidez para un niño de catorce años. Su padre fue muy duro con el, tanto, que lloraba en silencio, pero una parte le agradecía, le enseñó a defenderse y que los malos comentarios no dolieran tanto como los que él le decía. Desde muy pequeño fue criado para complacer a los demás, siempre pensar en el "que diran" antes de seguir sus deseos, porque un alfa no debía ser frágil, no debía llorar, debía ser fuerte e imponer respeto, que todos lo respetaran solo por ser uno, un alfa nunca debía realizar las labores que eran para los omegas o betas, y solo por su casta llevaría la delantera. Nunca le agrado una sola palabra de eso, tampoco le gustaba fingir algo que no era, pero sus padres estaban contentos, así que entonces para el, estaba bien.
