08

88 19 16
                                    







Recuerden votar y comentar para actualización más pronta <3

1/2






1/2

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Suspiro de manera pesada antes de girar la perilla y abrir la puerta de madera por completo, la luz que encendía cada vez que detectaba movimiento, expuso su llegada a su hogar. La televisión estaba encendida y podían escucharse las noticias por toda la sala de la casa, soltó un suspiro más silencioso, uno que solo pudo ser escuchado por él y la puerta que aún permanecía semi abierta.

Quito sus zapatos, acomodando el par en aquella repisa específica para el calzado, la mochila que estaba siendo cargada por sus hombros y espalda fue dejada en el perchero, al fin y al cabo no lo usaría hasta la próxima vez que asistiera a la universidad, estaba libre de tareas y aprovecharía aquello para abandonarla allí miso durante todo el fin de semana.

Puso sud pantuflas antes de esbozar la más falsa e hipócrita cara llena fe alegría y felicidad.




— Volví — Habló lo suficiente fuerte para ser escuchado hasta la cocina donde puso ver la sombra de su madre moverse detrás de la barra.




— Llegas diez minutos tarde — observo a su progenitor descansando sobre el sofá de la sala, fingiendo ver la televisión cuando realmente lo unico que hacía era desprender su asqueroso aroma y mandar a su madre como si de su asistente personal se tratara.


— El autobús se retraso un poco — Habló claro, sin titubear o bajar la mirada, como le habían enseñado todo su vida.



La risa suave de su madre sonó mientras salía de la cocina, iba acompañada de si mejor amigo, Sunoo. Sunghoon no pudo evitar mirarlo con curiosidad, no sabría que este estaría allí.



— Tu madre me dijo que fuiste a casa de un amigo, pero yo veo a Sunoo aquí, ¿Dónde estabas Park Sunghoon? — a pesar de que su voz sonó tranquila, el cuerpo del pelinegro tembló.



— No es un amigo, es mi compañero de clase y solo fui a hacer un trabajo. — El alfa con aroma dulce apretó sus nudillos en una forma de mantener la compostura y no bajar la mirada.



— ¿Cómo se llama?



Sunghoon observo a Sunoo de reojo, aunque el omega no conocía la situación de su familia por completo, el castaño tenía sus ideas sobre lo que pasaba.


— Ni-ki — El castaño no pudo evitar abrir los ojos con sorpresa, era la primera vez que escuchaba a Sunghoon mentir ante su padre.



— Por qué no llevas a Sunoo a tu habitación, tu madre y yo saldremos, y volveremos muy tarde — El pelinegro puso toda su fuerza para no rodar los ojos y responder de mala manera ante su progenitor que aún seguía con la mirada en la pantalla.




Viento y melodíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora