03

210 11 0
                                    

Iván pov's

Una vez que fui abajo, pedí pororo dulce y espere para llevarlo yo mismo.

Mira, ¿Cuál querés ver? me dijo mirándome con esos hermosos ojos azules, cuando estaba entrando a la pieza.

Ví la televisión y rápidamente mi vista se clavo en la película de Cars. Luche contra las ganas de decirle que quiero ver Cars, pero no quiero parecer un nene de diez años.

Al parecer ella lo notó, voy a quedar como un boludo.

─ Ya te dije, vos escoge la película que querés ver ─.

─ Bueno entonces quiero ver Cars ─ dijo mirandome divertida.

─ Dale, pelotuda de mierda ─.

Me arrepentí inmediatamente de mis palabras, cierto no estoy hablando con cualquiera.

─ Vos serás el pelotudo de mierda ─ dijo volteandose y acomodandose al otro lado de la cama.

─ Perdóname ─ dije yendo hacia su lado e intentar acercarme, pero ví como ella se apartaba de mi cara.

─ No, pone la película ─ no le hice caso.

─ No la voy a poner hasta que vos no me perdones ─ me fui hasta mí lado de la cama.

─ Está bien ─.

No pude responder ya que su celular empezó a sonar, y oportunamente su celular estaba en el lado de mi cama.

Ví como ella gateo hasta llegar al lado de mi cama, pero cogí su celular. Tenía que buscar la manera de, que me perdonará.

─ Iván, dámelo puede ser importante ─ me dijo una vez se encontraba relativamente casi encima mío tratando de recuperar su celular.

─ Solo si me perdonas y me das un beso ─.

Ví como se mordió el labio inferior divertida y me hizo caso.

─ ¿Ahora ya puedo contestar? ─.

Pero me percaté que de cuando nos estábamos besando ella colocó sus piernas al lado de mis caderas, está mina me encanta.

─ Toma ─ cuando le di el celular ví que era de un tal Eduard y algo más que no leí.

Ví que cuando tomo su celular para ver quién era su cara cambio drásticamente. Y dudo en si contestar o no.

─ ¿Paso algo? ─ capaz y de verdad paso algo grave.

─ Es ─ ví como me miró dudosa en si decirme o no ─ es, es mi prometido, Eduard.

Ah, ese pelotudo.

Y, otra vez no pude decir nada por qué la volvieron a llamar, aparte que tiene un nombre de mierda es un pesado de mierda, genial.

─ ¿Que querés? ─ dijo Valentina mientras se bajaba de mi regazo.

No me gustaba para nada está situación, quería hacerle saber a ese tal Eduard que mientras él está de viaje ella está aquí conmigo, en mi casa y en MI cama.

Ví como su fruncía su ceño, parecía estrsada.

Me acerque, mi intención era escuchar pero al tenerla tan cerca inevitablemente tenía ganas de besarla.

─ Eduard, ya te dije que mi madre no tiene nada que ver con eso ─ estaba estresada.

Pero ¿Quien soy yo para negarle un poco de ayuda para que pueda desestresarse? ¿Al final de cuenta tengo que ayudar al promigo? ¿Verdad?.

Speak Now! ─ Spreen +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora