Cap 8

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Las pesadillas son lo peor del mundo, lo buenos es que solo están en tu mente cuando duermes... Verdad?

Otro día más de trabajo, otro día de sufrimiento para Disney, aún que después de lo que pasó, la mayoría de empresas no quiso hablar con Disney por miedo a que paso algo de nuevo. Y eso era bueno para Disney, disfrutaba un poco la soledad, le gustaba poder pensar sin tener que preocuparse. Le había confiado a sus hijos el cuidarse solo pero si algo pasaba inmediatamente tenían que regresar con el.

Pero también había algo malo de la soledad, la soledad hacia que tú mente trabaje más de lo que debe al no haber distracciones y es cuando empieza lo peor.

Dicen que no hay dolor peor que perder un hijo, que pasa cuando pierdes más?

Algo característico de las compañías es que pueden tener hijos de 2 formas.
La más común es cuando se crea un canal secundario, mayormente para menores de edad. Automáticamente la compañía mayor se vuelve un padre.
Disney todavía se acuerda cuando sostuvo a su primer hijo.

Disney observaba el bullicio de la ciudad desde la ventana de su oficina. En su mente, los recuerdos de sus hijos pasaban como una película. Su primer hijo, Channel, había traído una chispa de alegría a su vida. Luego llegó Playhouse, su segundo hijo, y juntos formaban una pequeña familia. La llegada de Toon y Jetix fue un momento de celebración, pero la felicidad fue efímera.

Los dueños de la compañía, convencidos de que cuatro hijos eran demasiado, tomaron una decisión drástica: reemplazar a Toon y Jetix por uno solo. Disney no podía comprender cómo podían actuar con tanta frialdad. No eran solo números; eran sus hijos, cada uno con su propia personalidad y sueños. En su lugar, crearon a D.XD un hijo nuevo, pero el vacío dejado por Toon y Jetix era palpable.

Luego decidieron reemplazar a Play por un nuevo hijo llamado Junior. Disney se sintió devastado al ver cómo los humanos decidían reemplazar a sus hijos con tanta facilidad. Era como si su propia esencia se desvaneciera en el aire. Ahora, de todos sus hijos, solo quedaban Channel, XD y Junior.

A pesar de su dolor, Disney intentó seguir adelante, con la esperanza de que todo mejoraría. Sin embargo, los dueños de la compañía estaban en una constante búsqueda de la perfección, y decidieron intentar crear una nueva hija llamada Princess. Pero el experimento salió mal; Princess nunca llegó a existir. Para Disney, esta pérdida fue como un agujero en su corazón, un hijo que nunca tuvo la oportunidad de nacer.

El tiempo pasó, y la situación en la compañía se volvió insostenible. Los dueños, en su afán de reducir costos, tomaron una decisión desgarradora: eliminar a uno de los tres hijos que quedaban. Disney se sintió atrapado entre la desesperación y la impotencia.

Cuando se anunció que XD sería el elegido para ser eliminado, Disney sintió como si el mundo se desmoronara a su alrededor. No podía soportar ver cómo uno de sus hijos, a quien había amado y cuidado, sería borrado de la existencia. Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras recordaba los momentos felices que habían compartido.

Al final, solo le quedaban Chanel y Junior. Aunque los amaba con todo su ser, el vacío dejado por la pérdida de XD, así como de sus otros hijos, era abrumador. Cada día, la soledad lo consumía más, y Disney se preguntaba cuánto más podría soportar.

La compañía seguía adelante, pero Disney sabía que su vida ya no sería la misma. En su mente, los recuerdos de sus hijos, los que estaban y los que se habían ido, lo acompañaban constantemente. Era un recordatorio de que, a pesar de la frialdad del mundo corporativo, el amor por sus hijos era lo único que le daba sentido a su existencia.

Mientras Channel y Junior jugaban alegremente en el parque cercano al edificio donde su padre trabajaba, Disney se encontraba sentado en su oficina, inmerso en sus pensamientos. Desde la ventana, podía ver a otros padres con sus hijos, disfrutando de momentos que él ya no podía compartir con todos los suyos.

De repente, su visión comenzó a volverse borrosa. A medida que parpadeaba, las imágenes de sus hijos fallecidos, Toon y Jetix, aparecieron en su mente como sombras danzantes. Sus risas resonaban en su cabeza, un eco que lo llevó de regreso a momentos que deseaba no haber perdido. La culpa lo invadió como una ola imparable; se sentía responsable de cada uno de sus fracasos.

"¿Por qué no hice más por ellos?" resonaba la voz de Toon, mientras Jetix susurraba: "Papá, no te olvides de nosotros." La carga de la culpa se volvió insoportable, como si cada decisión que había tomado estuviera condenada desde el principio. La idea de haber dejado que sus hijos fueran reemplazados por otros lo consumía.

Disney se llevó las manos a la cabeza, tratando de ahogar los susurros que lo atormentaban. "¡No fue mi culpa! ¡Yo no decidí eso!" gritó, aunque sabía que sus palabras no cambiarían la realidad. La soledad se apoderó de él, y en ese momento, se sintió más distante de Channel y Junior, que continuaban jugando sin la más mínima idea del dolor que su padre enfrentaba.

Afuera, el sol brillaba, pero dentro de él había una tormenta. "Debería haber luchado más. Debería haberlos protegido," pensaba, sintiéndose como un fracaso, como si hubiera traicionado la esencia de lo que significaba ser un padre.

Cuando logró calmarse, un profundo vacío se apoderó de su corazón. Miró por la ventana y vio a Channel y Junior correr y reír, ajenos a su sufrimiento. Una parte de él se sintió aliviada por su felicidad, pero otra parte lo abrumó con el dolor de su pérdida.

Se dio cuenta de que, aunque aún le quedaban Channel y Junior, la sombra de sus hijos desaparecidos siempre estaría presente. En su mente, sentía que sus voces se desvanecían, pero el peso de su culpa era una carga que tendría que llevar para siempre.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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║▌║▌║ TLP ║▌║▌ ᴰᴵˢᴺᴱʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora