En el fantástico mundo de Kumandra, humanos y dragones vivieron juntos hace mucho tiempo en perfecta armonía. Pero cuando unas fuerzas del mal amenazaron el territorio, los dragones se sacrificaron para salvar a la humanidad. Ahora, 500 años después...
Ray estaba revisando el mapa cuando un camarón fue lanzado sobre él. Miró hacia arriba y vio al bebé y los Ongis comiendo un montón de comida.
― ¡Hey! ¡Dejen de comer! ―gritó Boun, apareciendo detrás de ellos y persiguiéndolos.
Era un completo caos en el barco. Ray se estremeció de molestia hasta que escuchó una risa suave detrás de él. Levantó la vista y vio a (T/n) de pie detrás de él.
―No te preocupes, yo me encargo de esto. ― susurró. ― ¡Hey! ¡Hey, chicos! ¿Quieren jugar a las escondidas? ― preguntó.
Todos se congelaron y la miraron antes de saltar de emoción. (T/n) cubrió sus ojos.
―Está bien. ¿Listos? Uno. Dos... Dos y medio... ― echó un vistazo a Boun y Ray, quienes le dieron las gracias con la mirada.
Ray se levantó y caminó hacia el extremo del barco donde estaba Sisu.
― ¡Tres!
Ray se sentó a su lado.
―Recuérdame no tener hijos nunca. ― suspiró.
―Ser humanos es difícil. ― confesó Sisu.
―Sí. ― coincidió Ray.
― ¡Seis! ¡Siete!
―Tienen cabezas pequeñas. No tienen cola. Mienten para conseguir lo que quieren, como el jefe de Garra.
―Sí, bueno, el mundo está roto. No puedes confiar en nadie. ― dijo Ray.
―O tal vez el mundo está roto porque no confías en nadie.
―Te pareces a nuestros padres. ― admitió Ray.
―Bueno, ellos parecen ser personas inteligentes.
―Sí, lo eran. Realmente quería creerles. Realmente quería creer que podríamos ser Kumandra de nuevo. ― confesó Ray.
―Y podemos.
―Literalmente miles de personas convertidas en piedra argumentarían lo contrario.
―Eso no significa que no debas intentarlo. ― le dijo Sisu.
―Y lo hicimos. ¿Y sabes qué pasó? Me dieron una patada en la espalda alguien que me hizo un regalo. Mira a tu alrededor. Somos un mundo de huérfanos porque la gente no pudo dejar de pelear por una gema. ¿Quieres saber por qué los otros dragones no regresaron? Es porque la gente no los merece. ― declaró Ray con firmeza.
―Pero tú puedes cambiar eso. ― insistió Sisu.
―No, Sisu, he terminado de intentarlo. Kumandra es un cuento de hadas. Lo único importante para mí ahora es traer de regreso a nuestros Ba's y proteger a (T/n). Ella es la única persona en la que puedo confiar, y si la perdiera, nunca me lo perdonaría.
