Capitulo 1: ¿Redimido, Como es Posible?

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¡Hey! Bienvenidos  a este nuevo fic, llevaba tiempo queriendo publicar mas fics y por fin le gane a la flojera y me puse a ello, espero que disfruten de este curioso ship y la historia . Antes de comenzar tengo que aclarar que obviamente las imágenes utilizadas No son mías y créditos a sus respectivos creadores.

****** = cambio de escena

Pov = punto de vista

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Pov General

Alastor se encontraba en el suelo, recostado contra el borde de la terraza, maldiciendo internamente. La luz del atardecer pintaba el cielo de un rojo intenso, como un presagio de la sangre derramada en la batalla que se libraba abajo. Se había burlado de Adam por ser demasiado confiado, y ahora mírenlo, con una enorme herida causada por el arma angelical del primer hombre. Maldita sea, se había confiado. La maldita ironía de eso.

Pero ya no importaba; tenía que hacer una retirada estratégica. Sería estúpido seguir peleando. Entonces, ¿por qué no quería retirarse? Oh, claro, sus amigos. Si se iba, Adam quedaría libre para causar estragos en el campo de batalla, y lo más probable es que algunos de esos inadaptados que, de alguna manera, se habían ganado su aprecio, morirían.

A la mente de Alastor llegaron recuerdos de las interacciones con los integrantes del hotel que, liderados por Charlie, poco a poco lograron derrumbar las barreras de su frío corazón, provocando que los viera como amigos muy preciados.

Recordó a Charlie, con su optimismo incansable y su sonrisa brillante. Un día, mientras decoraban el lobby para una fiesta, la Princesa había insistido en que todos participaran. Al principio, Alastor se había mostrado reacio, pero la contagiosa energía de Charlie y su risa franca lograron que, sin darse cuenta, terminara cantando y bailando junto a los demás.

Esa noche, mientras observaba las luces centelleantes y escuchaba las risas de sus compañeros, sintió una calidez que no había experimentado en mucho tiempo.

Vaggie, con su actitud protectora y decidida, también había dejado una marca en él. En una ocasión, cuando una turba enfurecida intentó atacar el hotel, Vaggie había estado al frente, defendiendo a todos con ferocidad y determinación.

Alastor había observado desde las sombras, impresionado por su valentía y lealtad. Después de la pelea, Vaggie, a pesar de estar herida, había rechazado cualquier ayuda hasta asegurarse de que todos los demás estuvieran a salvo. Esa noche, mientras le entregaba un trago para calmar sus nervios, se sintió orgulloso de tener a alguien como ella a su lado.

Y Niffty, con su energía inagotable y su habilidad para encontrar orden en el caos, siempre le sacaba una sonrisa. Recordó una vez en particular cuando el hotel estaba sumido en el desorden después de una tormenta.

Niffty, con su velocidad y entusiasmo, había limpiado y organizado todo en cuestión de horas, sin perder nunca su buen humor. Alastor la había encontrado cantando mientras trabajaba, transformando una tarea tediosa en algo casi mágico. Esa pequeña figura había llenado de vida y luz incluso los rincones más oscuros del hotel.

Estos recuerdos se agolpaban en su mente, intensificando su determinación. ¿Cómo podía abandonarlos ahora? ¿Cómo podía permitir que sus amigos, su nueva familia, enfrentaran a Adam sin su ayuda? Y así lo decidió: la acción más estúpida de su no vida, que seguro lo llevaría a la muerte. Aun así, se estaba levantando, dispuesto a enfrentar una vez más a Adam con tal de proteger a sus amigos.

Alastor apretó los dientes, ignorando el dolor punzante de su herida. La sangre emanaba lentamente, pero la imagen de sus le daban la fuerza para seguir adelante. ¿Qué tan bajo había caído? Bueno, eso no importaba.

Juntos en un Cielo de MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora