Mi compañera, la resonancia de mi khui, mi nueva razón para existir, acaba de plantar su pequeño y extraño pie en mi pecho y patearlo. Es casi como si ella no quisiera aparearse. Sus extraños y muertos ojos están llenos de miedo, sin ningún brillo reconfortante en ellos. Quiero decirle que ella estará bien. Que ella es mía ahora y yo la cuidaré. Que derribaremos uno de los monstruosos sa-kohtsk y sacaremos un nuevo khui de sus profundidades para que ella ya no sufra. Pero estoy confundido sobre por qué ella se lastimó a sí misma. Froto mi pecho donde su pequeño pie aterrizó.
Sin su cuero, su cuerpo parece aún más pequeño, y ella es suave y sin cresta. Ella parece haber olvidado eso también, mientras me mira con indignación, luego aúlla de dolor y se aferra a su pie.
No la entiendo. Tal vez su falta de khui está afectando sus sentidos.
-No te haré daño-, le digo lentamente, porque se ve aterrorizada. -Eres mi compañera ahora-.
-¡S dl, mldt s!- (¡Eso duele, Maldita sea!)
-Déjame ver tu pie-, exijo. Si ella no tiene khui, probablemente tampoco se cure como debería. Cuando ella continúa mirándome asustada, me adelanto y le pongo la mano en el tobillo. Ella brama algo y me golpea de nuevo. Su mano se curva en un puño, y ella me lo golpea en la cara, tirando mi labio contra mis dientes. Un destello de dolor recorre mi boca, y gruño. Inmediatamente se queda callada, retrocediendo, sus manos levantadas para protegerse.
Estoy asqueado por su reacción. Esta mujer, esta pequeña criatura que tiene la mitad de la estatura de un sa-khui es mi compañera. ¿Cómo puede ella pensar que podría dañarla? Pero ella está retrocediendo incluso ahora como si esperara que se le cayera un golpe. La rabia me llena porque esta no es una respuesta normal. Alguien ha lastimado a mi pareja en el pasado. Me adelanto y vuelvo su cara pálida hacia mí. Ella pelea, pero sus ojos se cierran de nuevo, y comienza a temblar. Miro sus rasgos pequeños y planos. Su tono de piel es regular, a excepción de hematomas moteados a lo largo de un lado. Existe la evidencia que sospechaba.
-¿Quién te hizo esto?- Pregunté. Ella tiembla, pero no me responde. Ella no está muda. Ella hace sonidos, y me pregunto si ella se golpeó la cabeza. O tal vez su gente habla el lenguaje sin sentido de las sílabas duras con las que me ha estado llenando los oídos. No se parece en nada a mi lenguaje pero, una vez más, ella no se parece en nada a una de las sa-khui. No debería esperar similitudes. Aunque estoy fascinado con ella.
Los hombres de mi tribu dicen que no hay placer como el sabor de una pareja de resonancia en tus labios, y tienen razón. Enterrar mi cara entre sus piernas era uno de los placeres más auténticos que jamás haya sentido, y quiero sentirlo de nuevo. Sin embargo, está claro por su reacción y la forma en que ella se encoge de que yo soy el único que se siente de esta manera. Estoy desconcertado por su reacción, pero debe ser su falta de khui. Ella no siente la resonancia como yo.
Ella no siente la necesidad dolorosa de reclamar. Ella no siente el vacío de un espíritu solitario. ¿Cómo puede ella? No hay khui dentro de ella que resuene. Claramente los dioses me la han enviado para que yo pueda aprender a ser paciente. Sonrío tristemente. No es mi rasgo más fuerte.
-Muy bien, pequeña-, le digo y paso los dedos por su extraña y tersa piel. -Tú y yo aprenderemos paciencia juntos.-
-N t ntnd.- (No te entiendo)
Sus palabras se disparan y se caen de su boca ágil. Noto que sus colmillos se han ido y mi corazón se detiene en mi pecho, mi khui deja de resonar. A pesar de su toqueteo, le quito los labios para examinar sus dientes. ¿Están rotos? Pero no, parece que sus pequeños dientes son solo eso: enteros y no tan grandes como mis propios colmillos frontales. Criatura extraña. La libero, y ella aparta mis manos, sus extraños ojos se entrecierran.
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Conquistada Por Un Bárbaro, En Un Planeta Helado
Ficção CientíficaUno pensaría que ser abducido por alienígenas sería lo peor que podría pasarme. Y te equivocas. Porque ahora, los alienígenas están teniendo problemas con los barcos, y han dejado su cargamento de mujeres humanas - incluyéndome a mí - en un planeta...