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La segunda prueba

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—¿Seguro que funciona?

—Por supuesto.

—¿Durante una hora?

—Más o menos.

—¿No estás seguro?— bufó Harry.

—Es que los herbolarios difieren de sus efectos en agua dulce o salada— explicó Neville.

—Y me lo dices ahora— susurró molesto—. ¡Estás bromeando!

—Solo queríamos ayudarte— murmuró.

—¿Queríamos?— preguntó sin entender—. Al menos fuiste mejor ayuda que Ron y Hermione. ¿Dónde estarán?

—Te ves muy nervioso, Harry

Al bajar a la carrera por la explanada, vio que las mismas tribunas que habían rodeado cerca de los dragones estaban ahora dispuestas a lo largo de una de las orillas del lago.
Las gradas llenas de todos los estudiantes de los tres colegios, emocionada la multitud se propagaba de forma extraña por la superficie del agua y llegaba hasta la orilla por la que ambos chicos venían.

—Tú crees— contestó de forma sarcástica.

•••

—¡Bienvenidos a la segunda prueba!— anunció Bagman.

»¡Anoche a nuestros cuatro campeones se les fué robado algo, un tesoro invaluable!, ¡Ahora estos cuatro tesoros, uno por cada campeón, ya hace bajo la superficie del lago negro! ¡Disponen exactamente de una hora para recuperar lo que se les ha robado!

—Bien, todos los campeones están listos para la segunda prueba, que comenzará cuando suene el silbato. Así que cuando cuente tres: uno... dos... ¡tres!

El silbato sonó, Harry se quitó los zapatos y calcetines, salvó del bolsillo las branquialgas y las metió en su boca mientras entraba al lago.

Se llevó las manos a la garganta, y notó dos grandes rajas justo debajo de sus orejas: eran agallas. Se retorció para verse los pies desnudos: se habían alargado y también les habían salido membranas, era como un pez.

Desde la superficie, Neville estaba preocupado de que las branquialgas no funcionarán y Harry se estuviera ahogando.

—¿Que le pasó?— preguntó Seamus Finnigan. 

—No lo sé, no lo veo— contestó Dean Thomas.

El rubio cada vez se ponía más nervioso.

—¡O por Dios, mate a Potter!— gritó mientras tomaban con ambas manos su cabeza.

De pronto Harry salió dando una vuelta en el aire, tenía aletas y agallas en los costados. Todos en las gradas gritaron emocionados.

Harry se hundió en las profundidades. No veía más allá de tres metros, mientras nadaba velozmente, las cosas salían de la oscuridad. Bajo más y más profundo.

𝑻𝒖 𝒎'𝒂𝒔 𝒔𝒖𝒂𝒗𝒆́ /𝐻𝑎𝑟𝑟𝑦 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora