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Taehyung sentía como si el enorme peso que había estado cargando sobre sus hombros durante meses, había disminuido considerablemente.

La fiesta de cumpleaños de su madre había sido excelente, Jungkook pudo conocer y relacionarse con sus familiares más queridos e incluso los que no apreciaba demasiado. Todos encontrándolo demasiado encantador y fuerte.

A pesar de que había tenido que cuidar a Jungkook con su resaca, no pudo dejar de sonreír todo el domingo, manteniendo una rutina más tranquila junto a sus padres, quienes también quedaron algo afectados por el alcohol en sus sistemas.

Antes de irse de la casa, Jungkook logró convencer a Seoyeon que le regalara la fotografía de Taehyung vestido de príncipe. Y no solo había conseguido aquello, sino que su madre le regaló uno de sus álbumes más preciados, vaciando la mitad de este y pidiéndoles que lo rellenaran con fotografías actuales de ambos.

Taehyung sabía que no había mayor muestra de aprobación que esa, por lo que simplemente pudo agradecerle a su madre por todo, prometiéndoles el no esperar tanto para visitarlos nuevamente.

―Taehyung, debemos ir al estudio―escuchó la voz de Chaeyoung, quien mantenía varios documentos entre sus manos, al igual que Taehyung―Ha sido un día difícil, pero lo compensaremos con bebidas y postres deliciosos al terminar.

Era miércoles y Taehyung no había logrado aún el acostumbrarse a su rutina de trabajo, después de pasar el fin de semana junto a su familia, amigos y novio. Sin embargo, en su cuerpo no se mantenía más aquella tensión que lo había angustiado durante semanas, sino que se sentía liviano y feliz.

Jungkook le comentó que había disfrutado mucho junto a su familia y ahora que tenían una vía segura para poder visitarlos sin tantas preocupaciones, lo aprovecharían lo más posible.

―Sí, vamos.

Ese día había tenido que presentarse a las cinco de la mañana, ya que una importante cantante estaría teniendo su sesión de promoción en el estudio y todos debían asegurarse de que todo saliera excelente, siendo Taehyung uno de los encargados de garantizar aquello.

En ese momento eran las cinco de la tarde y Taehyung solo quería irse a su departamento, para poder dormir sobre Jungkook hasta el día siguiente.

Su estómago rugió mientras dejaba sus documentos en la mesa, junto a los de su compañera. No había desayunado ni almorzado y se sentía bastante débil, pero no quería quejarse de ello. No en ese momento tan importante.

Por fortuna, la cantante era muy agradable con todo el equipo, a pesar de que llevaban muchas horas de rodaje y fotografías.

Lee Jieun no era cualquier idol, era una de las más conocidas y admiradas, por lo que todos daban su mil por ciento.

Se encontraba tomando las fotografías de cuerpo completo, cuando pudo sentir unos toques sobre su hombro derecho. Despegó su vista de la cámara y la colocó sobre su compañera, quien lo veía con una mueca.

―Taehyung, deberías sentarte un momento y comer. Te ves muy pálido―le dijo con real preocupación, haciendo que el pelinegro suspirara, no queriendo detenerse.

―Estoy bien, en verdad. No debe preocuparse―intentó restarle importancia, sabiendo que, de sus resultados de ese día, serían las siguientes oportunidades que se le presentaran.

La mujer suspiró, viendo cómo el menor seguía con su trabajo, no estando del todo segura de su decisión.

Dos horas después, la sesión terminó, la cantante disculpándose con todos por causar que llegaran más tarde de lo previsto a sus casas, invitando a postres y café.

Inside the fairytaleও KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora