𝙣𝙤𝙩 𝙩𝙝𝙖𝙩 𝙘𝙤𝙢𝙥𝙡𝙞𝙘𝙖𝙩𝙚𝙙

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Si tuviera que definir su estado ahora mismo, solo podría decir que estaba « exhausto » , Tails se veía irreparablemente débil pero en realidad se había resistido más de lo que imagino.

De hecho, tuvo que inmovilizarlo en el suelo poniéndose encima de el y sujetando sus manos sobre la cabeza para que dejara de forcejear.

Al menos después de unos minutos, dejo de sollozar, estaba tan asustado que no podía ni siquiera sacar lágrimas de sus ojos.

Quizás debió dejarlo más tiempo sin comida para que no se mueva tanto, pero en fin, ya estaban en lo suyo.

Además, esto duraría solo lo que el rubio decida, pues mientras más resistencia ponga, más tardará en saber lo que quería.

Al menos ya no estaba aburriendose solo... ahora tenía a Tails.

—. Huff... ¿Ya dejaste de hacer berrinche? .–

Si estuvieran en la misma capacidad física, probablemente Tails lo habría terminado derribando, a pesar de ser de  la misma estatura, el de pelaje claro tenía una tremenda fuerza de voluntad.

—. D-dejame, por favor déjame ir .– rogó el de ojos celestes.

Su pecho subía y bajaba fuertemente abajo suyo, pero eso no evitó a que afiance el agarre en sus manos.

Con su única mano libre, tomo de nuevo la herramienta que había dejado de lado y la acercó hacia la mejilla contraria, rozándola levemente.

—. Anda... Será divertido y todo, solo tienes que cooperar .–

Nine realmente creía que esto era una tarde cualquiera.
Nada en especial a las otras, exceptuando la compañía.

Usualmente estaría tratando de crear nuevos implementos para su mundo distopico en el piso de arriba mientras observaba atentamente lo que sucedía en Green Hill. Pero perdía la gracia al tiempo.

Era más entretenido ver las irices más claras del rubio seguir atentamente el objeto en sus manos hasta que llegó a posicionarse sobre los dedos ajenos.

Notó como el cuerpo de Tails se tenso completamente cuando acomodó la cuña del martillo sobre su dedo pulgar, no planeaba hacerle nada, aún.

—. Empecemos de una vez .–

La respiración de ambos era pesada, por diferentes razones, pero lo suficientemente audible para encrisparle los nervios al ojiceleste.

Si prestaba suficiente atención podía ver la emoción en las irices opacas del contrario.

—. ¿Cómo te gusta el té? .– Preguntó con simpleza.

Si no estuvieran en la situación actual, habría contestado con normalidad que prefería el té caliente y con poca azúcar, pero le era imposible ahora formular correctamente una respuesta.

Sabía que si comería un error por más mínimo que fueraz, su integridad física sufriría las consecuencias, el jamás se había considerado alguien delicado ni mucho menos, su tolerancia al dolor era igual que la media.

Su mente iba en cámara lenta analizando cada detalle del rostro expectante de Nine, era consciente de que debía dar una respuesta dentro de poco si no queria colmar más su paciencia.

Así que hablo lo más claro posible con lo que creyó contentaría al mostaza.

—. R-regular azúcar, tibio .–

Nine chasqueo la lengua.

—. Vaya que eres diferente. El té con azúcar me da náuseas, es asquerosamente empalagoso... —. Nine parecía divagar por un instante, recordando quizás –. ...como tú .– y sonrió.

Tails tampoco tuvo tiempo de gritar cuando una oleada de dolor golpeó su cuerpo desde la punta de sus dedos hasta sus pies.

Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas nuevamente, casi como un reflejo.

El sonido de algo pequeño rebotando contra el suelo le confirmo lo peor.

—. Nueve de diez .–

Por un instante cerró los ojos deseando estar en cualquier otro sitio menos bajo la mirada de Nine.


・・・・・・・🥀・・・・・・・


—. Creo que fui muy rudo... Whoops ~ .–

Tails fallo cuatro veces más.
Todas fueron preguntas igual de "normales", no había forma de responderlas mal. Pero ahora solo el zorro de colores fríos lo miraba con superioridad parado a su lado.

Solo faltaba una, pero ya no se sentía con animos de seguir.

Pero para el de extremidades mecánicas no le pareció suficiente.

No estaría temblando en el suelo si cada castigo recibido hubiera sido igual de rápido que el primero.

Nine se puso algo creativo cuando fallo la pregunta de: "¿Cómo dormiste hoy?"  Y decidió extraer lentamente la uña de su pulgar.

La rompió en pedazos para sacarla.
Tails creía que jamás olvidaría la horrible sensación de la piel separándose de su preciada uña.

Finalmente Nine se veía más satisfecho, solo faltaba una pregunta y lo dejaría en paz.

Una más y lo dejaría desangrarse un rato, sus heridas no eran letales como para matarlo, pero ardían como el infierno.

—. ...¿Eres virgen? .–

¿Qué clase de pregunta es esa?
Tails abrió los ojos con sorpresa mirándolo y cambiando su gesto de dolor por uno más consternado.

No tenía sentido.

Y sabía perfectamente a lo que quería llegar este maldito enfermo con esa pregunta.

Si era capaz de arrancarle sin titubear una uña ¿Qué más podría hacerle? No quería saber.

No iba a saberlo.

. Sí .–

Mintió.

𝙎𝙩𝙖𝙡𝙠𝙚𝙧 ,, ᵗᵃⁱˡⁱⁿᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora