Ramé || Billford

Prólogo

Era un día soleado el día que llegó al remoto pueblo, Gravity Falls. Con el dinero de su beca al menos logro comprar su casa y el auto, que hace algunos momentos tenía aparcado afuera, se sorprendió tanto de ver una mano aplastarlo y jalarlo con tal simpleza, eso lo puso nervioso y un poco ansioso.

Bingo. Pensó él.

Empezó a investigar por si solo adentrándose en el bosque del pueblo, emocionado.

Mientras más veía, más quería.

Teniendo algunos conocimientos decidió que era necesario adjuntarlos, así que decidió escribir un diario.

Investigó hasta el cansancio, hasta que se hizo la pregunta, ¿De dónde vendrán todas las rarezas de este pueblo? Esto lo estaba carcomiendo desde dentro.

Hasta que un día decidió adentrarse en una cueva del bosque, vio unos dibujos en ella, había unas palabras que decía "el ser que todo lo sabe no debe ser invocado" esto lo puso dudoso, pero esto tal vez sería la ficha para descubrirlo todo, así que lo recitó todo en voz alta como decía.

No iba a mentir, estaba nervioso. Cerró los ojos con fuerzas pero al pasar los segundo los abrió, y al ver que no pasó nada, salió totalmente decepcionado.

Después de un rato se encontraba recostado en un árbol, y aunque no lo noto, se quedó totalmente dormido.

Abrió los ojos y vió todo absolutamente raro, papeles y libros

Tomo uno de los papeles y empezó a leerlos.

— ¡Ey, sixer!

Stanford se sobre salto de manera.

— ¿Quién eres tú?

— Ey, no te asustes, aún no tienes noventa y dos años. — Siguiendo hablando la criatura triangular. — Mi nombre es Bill Cipher, y tú eres Stanford Pines. ¡El hombre que cambiará el mundo! No te asustes, estoy viendo el futuro.

Mis ojos seguían a la criatura flotante por dónde él andaba.

— Toma un poco de té, juguemos ajedrez tridimensional. — El triángulo amarillo apareció una mesa junto a dos sillas

Charlamos un poco, me dijo que era su amigo.

Me sentía tan alagado por parte de él, todo lo que me decía me hacía sentir bien y felíz, ver qué encajaba con alguien igual de raro que yo.