Capítulo tres

822 88 48
                                    

— ¡Listo, termine! — Soriente le decía el chico mientras ponía ambos platos en la mesa.

— Nada mal, Sixer. — Le dedicó una sonrisa al de lentes, el delicioso olor de la merienda era demasiado tentador. — Lo ves, eres perfecto en todo.

Stanford sintió su pecho inflarse, leerse libros de cocina y aprender un poco no es tan malo después de todo.

—Me he esforzado, ¿Cuál comida es más deliciosa? ¿Tridimensional o la mía? — Pregunta curioso mientras termina de servir la mesa.

— Mmm, déjame pensarlo. — Estaba seguro que su rostro estaba dando una impresión que estaba dudando. El cerebrito incluso puso una cara ansiosa por la respuesta. — ¡Es obvio que la tuya mi querido amigo! Jamás cambiaría esto, aunque lo único que varía son algunos ingredientes pero es lo de menos. — Hablaba mientras que se metía el primer bocado de ese delicioso manjar a la boca.

El chico de lentes al ver que cumplió su objetivo de hacer que el mayor se sintiera satisfecho con los waffles que había hecho.

— Y bien, ¿Cuál es la sorpresa que me darás Bill? — Pregunta adquisitivo el contrario mientras lleva el vaso con limonada fresca a los labios.

— Eh, no pierdes el tiempo. ¿Verdad? — Soltó una sonrisa ladina. — No comas ansias mi estimado Sixer, déjame comer tranquilo. — Fingió molestia al soltar su tono de voz.

— ¡Perdón! Es que estoy curioso al saber, no es mi intención molestarte.

- La curiosidad mató al gato, ¿No? — Decía con la boca llena de waffle. — O algo así, escuché que los humanos suelen decir juegos de palabras.

Y tiene sentido, el gato es su Fordsy, la curiosidad era él y el cerebrito estaba tratando de cazar la curiosidad.

Stanford soltó una risa divertida ante la situación.

— Aprendes rápido. — Fue lo que único que salió de sus carnosos labios.

— Je, je. Estar tanto tiempo con humanos me pega su carisma. Son criaturas extrañas.

— ¿Y como son los de tu especie Bill? — Abruptamente se atrevió a preguntar el de ojos azules por fin, Bill casi nunca hablaba de su pasado.

— ¿Los de mi especie...? - Responde con una pregunta. — Ugh, lo siento cerebrito soy el único existente, la dimensión dos está totalmente destruida.

— ¿Qué? ¿Tu dimensión completa? ¿Destruida? ¿Cómo? ¿Quien lo hizo? — Se tenso al escuchar relatar al hombre frente a él.

Le parecía algo tétrico y escalofriante saber que alguien hizo algo así, matar a personas inocentes.

Le parece algo espantoso y escalofriante al solo imaginarlo.

Bill se puso serio y parecía más distante, más distante de lo que lo había visto.

— Un monstruo.

— Eso es inimaginable. — Responde sorprendido.

— Lo sé. — Murmuró al bloqueo de su mente por no poder o no querer recordar.

— ¿Alguna vez rastreaste a esa bestia para vengarte? Podría ayudarte... — Stanford está seguro de si mismo al querer ayudar a su amigo. — ¡Podría cazarla! — Exclama positivo agarrando de las manos y con el ceño fruncido.

— Seis dedos, yo te comería vivo.

— ¿Eh? — Su rostro detonaba confusión total.

— ¡Olvídalo! Ven, vamos te gustará. Iremos a otro plano astral. — Canturreo mientras se limpia la comisura de sus labios con una servilleta. — ¡Termine de comer, andando! — Bill hablaba mientras se ponía de pie.

Ramé || BillfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora