capítulo 3

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capítulo 3: agridulces recuerdos del pasado

"Así como lo escucha Inesita, la peliteñida iba hecha una furia a la sala de presidencia" le contó Bertha a la costurera mientras se acercaban sus compañeras.

"Si no fuera porque entró Betty hubiéramos seguido escuchando gritos" continuó Sofía igual de metida que el resto de sus amigas.

Ines les preguntó que por qué habría sido ese griterío pero ellas le dijeron que no sabían, hasta que Beatriz salió de la oficina y ellas la acorralaron a la entrada de su sala.

"Betty, Betty que fue lo qué pasó con la peliteñida" preguntó Sandra.

"Sí Betty, ella estaba de un estrés cuando entró donde el doctor valencia" agregó Mariana.

"No alcancé a escuchar nada" comentó Beatriz, ajustando sus lentes.

"Algo decía una y otra vez de una carta"

"Pues claro, le habían puesto una carta de renuncia y como no puede estar sin trabajo, por ahorrarse problemas con Marcela, Daniel le aceptó la pataleta" dijo con resignación.

"Ah por eso es que salió sonriendo tan victoriosa... Entonces esa era la carta a la que se refería"

"Pues claro, a cual más" contestó con una risa.





Zúrich, Suiza
2002

Querido:

         Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te di una señal de vida, y aún mucho más tiempo desde la última vez que recibí correspondencia tuya. No sabía cómo comenzar a escribir pero he estado reflexionando en como dejamos las cosas y meditando en las decisiones que tomé.

    Yo sé que ya es tarde y me arrepiento de no haberte dado la oportunidad para demostrarme lo que podías llegar a ser. De no darme la oportunidad de amarte más. Sin embargo, éramos muy jovenes y tontos.

Quiero remediar todo, que retomemos el contacto; mis padres me han permitido, después de tantos años, volver a Bogotá e iré con ellos muy pronto. Me gustaría verte, Daniel, que continuemos nuestra relación donde la dejamos.

Deseo también que conozcas a mi pequeño Felipe. Le he hablado mucho de ti y tu familia. Ojalá podamos reencontrarnos luego.

Te extraña y ama, Camila M.

   Terminó de leer la carta con su corazón bombeando a mil. Después de tantos años volvía a aparecer esa mujer que lo mantuvo preso en su juventud, esa niña que siempre lo volvió débil. Cuando ya había enterrado todos sus recuerdos, comenzaron a salir a la luz.

Se vio a si mismo de pequeño otra vez, mirando a lo lejos a su hermana jugar con un consentido Armando Mendoza. Lo detestaba desde siempre, no le gustaba su forma de ser y como hacía para conseguir cosas. Era un niño muy mimado.

Lo comentó con Camila, quien estaba a su lado, pero esta defendió a su hermano menor, aunque con un deje de tristeza. Daniel tenía once años pero no era nada de tonto, era muy perspicaz, por eso percibió su desánimo al mencionar el favoritismo a su hermano.

"Bueno, tú eres mi Camila favorita" confesó con tal de ver una sonrisa en ese rostro angustiado, y así fue, pues al instante se lanzó a sus brazos "Ya, ya, no es para tanto. María Beatriz es mi favorita también" mencionó tratando de alejar su abrazo.

Ecomoda; Betty x DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora