Jugando con la vida (Juego de Tronos)

Capitulo 2

Capitulo 2

Me despierto con el sonido de alguien gritando, una sensación de pánico y confusión me invade. Miro a mi alrededor y veo la escena espantosa frente a mí, con cadáveres de todo tipo de animales esparcidos a mi alrededor en un círculo, mi corazón comienza a acelerarse. Otro grito aleja mi atención de los animales muertos, y veo a una persona gritando y tratando de detener el sangrado de sus ojos. Mi mente lucha por dar sentido a lo que está sucediendo, y siento miedo. Finalmente encuentro la causa de toda esta muerte, flotando sobre la persona moribunda como un Dios apático.

Un sentimiento de orgullo se apoderó de mi pecho mientras miraba a Skitter flotando sobre todo sin preocuparse. Los gritos del hombre que probablemente era un bandido, según su atuendo y la daga que sostenía, interrumpieron mis pensamientos nuevamente y comencé a enojarme. Entonces, me acerqué al bandido que se agitaba, le toqué la cabeza y detuve su corazón, silenciando los gritos de inmediato. Pero luego, un momento de claridad me golpea y me doy cuenta de que necesitaba un humano vivo para probar mis poderes antes de usarlos en mí. Entonces, volví a encender el corazón del bandido y lo paralicé desde el cuello hacia abajo.

Llamé a Skitter, sintiéndome agradecido por su ayuda, y le di algunas mejoras: piernas más largas y un exoesqueleto más denso usando la biomasa de los animales muertos cercanos.

Mientras buscaba ramitas y hojas secas para encender una fogata, mi estómago rugió con fuerza, recordándome lo hambriento que estaba. La idea de comer otra pasta de biomasa verde e insípida me hizo estremecer, y supe que tenía que encontrar algo más para comer.

Después de varios intentos fallidos de hacer fuego con dos piedras, descubrí que tenía una idea brillante y llamé a Skitter. Le pedí que frotara sus patas de acero contra una piedra y las chispas fueron suficientes para iniciar el fuego. Rápidamente asé un poco de carne de jabalí y, aunque estaba insípida, sabía a gloria después de la asquerosa pasta que había comido el día anterior.

Mientras estaba sentado allí, comiendo la carne de jabalí, la gravedad de las acciones que estaba a punto de cometer me golpeó como un mazazo. "He estado en este mundo por menos de un día y ya voy a experimentar con una persona, matarla y usar su cadáver para hacerme más fuerte". La idea me hizo sentir culpable e inquieta, pero sabía que necesitaba hacer todo lo posible para sobrevivir en este mundo hostil. A pesar de mis escrúpulos morales, sabía que tenía que ser práctico y hacer lo que fuera necesario para sobrevivir en este nuevo mundo.

Yo, después de unos minutos de debate interno, decidí ajustar un poco mi brújula moral. "Haré todo lo posible para ayudar a la gente que lo necesita, pero no será a costa de mi seguridad".

Con esa decisión tomada, me acerco al bandido paralizado que yace en el suelo y comienzo a probar mis poderes. Después de unas horas, me di cuenta de que aún no era lo suficientemente hábil en mi control como para meterme con órganos sensibles como el cerebro o los ojos, pero definitivamente podía hacer que mis huesos fueran lo suficientemente densos como para que una espada ni siquiera dejara una marca en ellos y podía hacer que mis músculos fueran lo suficientemente fuertes como para levantar casi cualquier cosa. Si bien una espada aún podía atravesar mis músculos, aunque con cierta dificultad, mi regeneración lo arreglaría en un instante.

Para mejorar mis huesos y músculos, utilicé el cadáver del bandido y casi todos los animales muertos del claro, dejando solo unos pocos trozos de carne de jabalí para comer más tarde. Luego saqueé el cadáver del bandido, encontré un cuchillo decente, algunas monedas de cobre, algo de ropa y una mochila para llevar todo.