Jugando con la vida (Juego de Tronos)

Capítulo 4

Capítulo 4

Caminan durante unas horas en la noche y finalmente, hacia el amanecer, ven las tiendas del campamento del ejército a lo lejos.

Les toma otra media hora hasta que llegan al campamento y algunos soldados nos impiden acercarnos más cuando nos detectan después de ver a Fenrir y me doy una palmada en la frente porque Jon se había sentido tan cómodo cerca de Fenrir que olvidé que otras personas se asustarían si vieran un lobo huargo tan grande como Fenrir, especialmente un ejército completamente armado en camino de regreso a casa.

Entonces le digo a Fenrir que se siente y me siento con él mientras lo uso como apoyo en la espalda y le digo a Skitter que vuele alto para que no la puedan ver, los soldados parecen no poder procesar lo que estaban viendo y Jon se acerca a los pocos soldados que reconoció para explicarles la situación antes de que pudiera ocurrir cualquier malentendido.

Jon se acerca a los soldados, con el corazón palpitando con una mezcla de emoción y ansiedad. "Jory, soy yo, Jon", dice, intentando mantener la voz firme.

Uno de los soldados, un hombre alto y con una espesa barba, lo mira sorprendido. "¿Jon? ¿Qué haces aquí? ¿Y quién es ese que está con el lobo huargo?".

"Quería ver al ejército volver a casa y encontrarme con mi padre", explica Jon. "Me perdí en el camino de vuelta y me salvaron de unos bandidos".

El soldado lo mira con incredulidad: "Te llevaré ante Lord Stark de inmediato. Dile a tus amigos que esperen donde están hasta que Lord Stark decida cómo proceder".

Jon asiente, aliviado. "Gracias", dice, y le dice a El que espere allí antes de seguir al soldado al campamento.

Al ver a Jon entrar al campamento continúo descansando en Fenrir sin preocuparme por el creciente número de soldados que vienen a mirarnos boquiabiertos, y pienso en uno de los problemas que había estado posponiendo hasta ahora.

Toco la hierba bajo mis pies e intento usar mis poderes y la escaneo. Obtengo la información sobre sus células de inmediato, pero también me doy cuenta, frustrantemente, de que intentar cambiar algo, incluso algo pequeño, en la hierba me dejaría exhausto de inmediato, casi como si se resistiera a mis poderes en un grado extremo. Era algo que me desconcertaba, pero no tenía prisa por averiguarlo.

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Jon siguió a Jory hasta la tienda y vio a su padre, Eddard Stark, sentado a una mesa escribiendo algunas cartas. Los ojos de Ned se abrieron de par en par por la sorpresa mientras miraba a su hijo.

—Jon, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Pasó algo en Invernalia? —preguntó Ned con preocupación en el rostro.

A Jon se le revolvió el estómago de culpa mientras explicaba lo que había sucedido. Le contó a su padre cómo había cometido la tontería de salir de Invernalia para ver al ejército y encontrarse con él, pero se perdió y casi fue asesinado por bandidos.

La expresión de Ned pasó de la preocupación a la ira al escuchar el relato de Jon. "¡Qué tonto eres! ¿En qué estabas pensando? ¡Podrías haber muerto!", exclamó.