Ochako Uraraka había pasado ocho años dedicándose a su agencia de héroes y a una organización que ayudaba a niños con problemas con sus quirks, inspirada en casos como el de Himiko Toga. A pesar de sus logros, su corazón seguía anclado en el recuerd...
Izuku comenzó a despertar poco a poco, sintiendo la suavidad de las sábanas y el sol matutino filtrándose a través de las cortinas de la habitación del crucero. Parpadeó varias veces para despejarse del todo y, al girar la cabeza, notó con sorpresa que la cama de Ochako estaba vacía. Su corazón se aceleró ligeramente, una preocupación instintiva apoderándose de él.
Rápidamente, Izuku tomó su celular del velador y, justo cuando estaba a punto de llamarla, notó que tenía un mensaje de ella. Lo abrió con manos temblorosas, solo para leer.
Chat Ochako: Izuku,Estoy en la piscina del crucero. Nos vemos aquí.
Dejó escapar un suspiro de alivio, soltando la tensión que había acumulado en esos breves pero angustiosos momentos. Por un instante, había temido que algo malo le hubiera pasado a la castaña.
Después de calmarse, Izuku se levantó de la cama y se dirigió al armario para ponerse su traje de baño. El sol brillaba intensamente, y el día prometía ser cálido y perfecto para un rato en la piscina. Con su traje de baño puesto y una toalla sobre el hombro, salió de la habitación y se dirigió al área de la piscina, anticipando la vista del océano y el ambiente relajante del crucero.
Cuando llegó a la piscina, Izuku quedó fascinado al ver a Ochako. Ella llevaba un bikini rosa que resaltaba su figura y dejaba claro que los años le habían favorecido enormemente. Su cuerpo de adulta reflejaba la fuerza y la gracia de una heroína profesional, pero también la suavidad y la calidez que siempre la habían caracterizado. Sus ojos se iluminaron al ver a Izuku acercarse, y una sonrisa se dibujó en su rostro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ochako: ¡Izuku! -saludó Ochako, agitando una mano mientras descansaba en una tumbona cerca de la piscina.
Izuku se acercó, aún maravillado por la presencia de Ochako. Era como si el tiempo se hubiera detenido, y la vista del mar y el cielo azul se desvanecieron, dejando solo a ella en su campo de visión.
Izuku: Hola, Ochako -respondió con una sonrisa, intentando mantener la compostura- Me asusté un poco cuando no te vi en la habitación.
Ochako soltó una pequeña risa, divertida por la preocupación de Izuku.
Ochako: Lo siento, debería haberte despertado antes de salir. Quería disfrutar un poco del sol y la piscina temprano en la mañana.
Izuku se sentó en la tumbona junto a ella, relajándose al ver la calma en sus ojos.
Izuku: Está bien. Me alegra que estés disfrutando del crucero -dijo, acomodándose para mirar el agua cristalina de la piscina.
Ochako lo observó por un momento, notando cómo el tiempo y las experiencias compartidas habían fortalecido su vínculo. Era un sentimiento de conexión profunda, algo que ambos valoraban enormemente.
